5 consejos de seguridad para proteger a nuestros hijos en Internet

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Con la vuelta al cole a punto de empezar, los próximos días van a ser ajetreados para muchos padres, más aun si acaban de volver de vacaciones y aún no se han adaptado a la rutina. Revisar que nuestros hijos disponen de todo lo necesario para empezar un nuevo curso incluye comprobar que disponen de todos los libros de texto y material escolar necesarios, además de que muchos aprovechan para estrenar ropa y calzado.

No obstante, pocos padres tienen en consideración el tomar ciertas precauciones en lo que se refiere al uso de Internet que hacen sus hijos. Esto no solamente implica asegurarse de que los dispositivos que vayan a usar en este nuevo curso estén protegidos frente al malware. Para un menor, el uso de un smartphone, por ejemplo, es vital para estar en contacto con sus amistades pero también puede ser la puerta de entrada de amenazas que no se suelen tener en cuenta hasta que ya es demasiado tarde.

En el mundo conectado en el que vivimos, resulta crucial saber proteger la información que compartimos a diario. En el caso de un menor, compartir todo tipo de información como fotografías, vídeos, mensajes o actualizaciones de estado en redes sociales es su manera de relacionarse con el resto. Por eso los padres deben educar en el uso adecuado de Internet y los dispositivos para evitar problemas como el ciberacoso.

Conociendo los posibles problemas

Como ya hemos indicado, el uso de dispositivos electrónicos con acceso a Internet por parte de los menores en las escuelas o institutos es algo habitual desde hace años. Por eso mismo ya no se nos hace raro el uso de ordenadores, tablets y smartphones en las aulas, un uso que, bien encauzado, puede ayudar al aprendizaje pero que también tiene sus riesgos.

1.- Enseñándoles a navegar por Internet

Internet es ahora mismo la mayor fuente de información consultada por los menores para todo tipo de menesteres. Ya sea para buscar datos con los que realizar los trabajos que les manden los profesores o para resolver inquietudes personales, es normal que Internet sea el primer sitio al que acudan, incluso antes de preguntárselo a los padres.

No obstante, a pesar de todas las bondades que Internet ofrece, también existen riesgos, por lo que un menor que no ha recibido una educación en el uso adecuado de Internet es una víctima potencial de todo tipo de engaños como los que veremos a continuación.

2.- Sitios maliciosos en Internet

A pesar de que la mayoría de webs y servicios que usamos a diario en Internet no representan ningún peligro, también existen sitios peligrosos que pueden poner en riesgo la seguridad de un menor o incluso mostrar contenidos inadecuados para su edad. Es fácil caer en un engaño si este está lo suficientemente bien diseñado, y el menor podría proporcionar datos personales que pongan en peligro su privacidad.

Además, el contenido inadecuado puede hacer que el menor esté expuesto a imágenes u opiniones nocivas que alteren su percepción de la realidad o la manera de interactuar con los demás. Por eso resulta fundamental que, como padres, enseñemos a nuestros hijos a usar Internet de forma responsable y acudan a nosotros en caso de dudas.

3.- Estar alerta ante el ciberacoso

Un desafío al que se enfrentan padres y profesores es la detección a tiempo de un caso de ciberacoso. Lamentablemente, la tecnología también se utiliza para molestar o amenazar a menores, ya sea por parte de otro menor o de un adulto. Detectar a tiempo los síntomas de que un menor está siendo víctima de un ciberacoso puede evitar serios problemas, pero para eso los profesores y padres han de saber reconocer estos síntomas.

El aislamiento social, pérdida de ganas o incluso miedo a la hora de asistir a clase, pérdida de apetito o una actitud violenta son solo algunos de los síntomas que pueden delatar un caso de ciberacoso. En estos casos, la consulta con profesionales como los orientadores y psicopedagogos presentes en escuelas e institutos resulta de gran ayuda y siempre es recomendable acudir a ellos primero.

En el caso de que el acoso sea producido por otro u otros menores, siempre es recomendable intentar solucionar esta situación mediante el diálogo con todos los menores implicados y sus padres, usando al psicopedagogo como mediador en el problema. Medidas drásticas como la expulsión de alumnos o incluso la presentación de denuncias tan solo han de producirse en casos especialmente graves.

4.- Cuidar la privacidad

Es normal que un menor quiera compartir sus experiencias e historias con la mayor cantidad de gente posible. Esto los ayuda a relacionarse con otras personas y es una fase importante del aprendizaje. Sin embargo, en el mundo digital es fácil caer en la tentación de proporcionar más información de la deseada, incluso a completos desconocidos que pueden luego usarla en nuestra contra.

Esto sucede no solo a los menores, sino también a muchos adultos, por lo que es esencial que tanto padres como menores sepan cómo mantener su información privada a salvo y evitar compartir información confidencial. Es habitual encontrarse casos de menores (y adultos) compartiendo imágenes íntimas con poca o ninguna ropa, imágenes que luego pueden ser utilizadas para extorsionar o humillar a la víctima.

Nunca debemos compartir este tipo de información ni ninguna otro de carácter personal con personas que no sean de total confianza, y esto debemos inculcarlo a nuestros menores de la misma forma que les enseñamos a mirar a ambos lados antes de cruzar la calle.

5.- Uso de redes sociales

Muy relacionado con el punto anterior están las redes sociales. No en vano, son el principal punto de encuentro de los menores y donde se comparte mucha de su información personal. Son, además, la plataforma en la que se producen la mayoría de casos de ciberacoso (y donde los acosadores creen que son impunes a pesar de que se puede llegar a identificarlos).

Los padres deben ser conscientes de que se trata de una forma más de comunicación y, por lo tanto, han de educar a sus hijos en el uso responsable de las redes sociales. No solo han de enseñarlos a respetar a los demás, también deben hacerles saber que estarán allí para ayudarlos en caso de que alguien intente molestarlos.

¿Qué podemos hacer para ayudarlos?

Como padres y educadores, y una vez ya hemos repasado los riesgos a los que se enfrentan los menores en Internet, lo primero que debemos hacer es concienciarnos y aprender cómo funciona la tecnología que utilizan nuestros menores para poder educarlos en su manejo de forma responsable y poder ayudarlos cuando lo necesiten.

Una vez sabemos a lo que nos enfrentamos, es hora de adoptar una serie de buenas prácticas:

1.- Resulta esencial hablar con nuestros hijos para fomentar un espacio de diálogo en los que ellos puedan expresar sus inquietudes y nosotros podamos ayudarlos a resolverlas. De esta forma, se pueden llegar a detectar indicios de un problema antes de que se convierta en un caso grave.

Siempre hemos de tener en cuenta que no existe diferencia entre el mundo real y el virtual y las acciones que hacemos en cada uno de ellos tiene repercusión en el otro, por lo que debemos educar a los menores a comportarse de la misma forma en ambos.

2.- Hemos de enseñar a los menores (y a nosotros mismos) de que somos responsables de lo que subimos a Internet y que, una vez lo hemos publicado, es casi imposible hacerlo desaparecer por completo. Esa fotografía o comentario puede resultarnos gracioso en el momento de publicarlo pero puede suponernos graves problemas en el futuro.

3.- Cuidar de nuestra privacidad online es esencial. Debemos andar con mucho cuidado con lo que publican los menores, ya que datos aparentemente inocuos como la dirección de nuestra casa o nuestro número de teléfono pueden ser usados en nuestra contra.

4.- Algunos usuarios se creen anónimos en Internet y lo utilizan para molestar a menores o incluso adultos. Si bien es cierto que la suplantación de identidad o el uso de perfiles falsos es algo habitual, también es posible rastrear a estos usuarios hasta identificarlos en el caso de que hayan cometido un acto grave, independientemente de su edad.

No obstante, nunca debemos confiar en enlaces o ficheros enviados por usuarios que desconozcamos o con los que no tengamos plena confianza, independientemente de que nos los envíen a través de redes sociales, servicios de mensajería o correos electrónicos.

5.- Si bien la forma más eficaz de proteger a nuestros hijos en Internet es la educación que como padres hemos de ofrecerles, nunca está de más contar con un poco de ayuda adicional. Las soluciones de seguridad de ESET para ordenadores domésticos y dispositivos Android incluyen herramientas que ayudan a evitar que nuestros menores accedan a contenido malicioso en Internet o se descarguen aplicaciones infectadas.

Además, recientemente hemos lanzado la beta del control parental de ESET para dispositivos Android, una herramienta que puede ser de gran utilidad para que los padres protejan a sus hijos en Internet y hagan un uso responsable de la tecnología.

Conclusión

Ante un nuevo curso escolar no debemos olvidar que padres y profesores son esenciales para educar y formar a los menores. Es vital que, como adultos, sepamos los problemas a los que se enfrenta un menor en su día a día, ya sea en el mundo físico o en el digital.

Existen multitud de sitios desde donde podemos informarnos y aprender a reconocer estas amenazas. Además, iniciativas como X1RedMasSegura realizan labores de concienciación tanto en eventos como en los propios centros educativos. Es responsabilidad nuestra aprender y estar preparados para ayudar a los nuestros hijos cuando lo necesiten y evitar problemas mayores.

Credito de la imagen: ©Eirik Solheim/Flickr

Josep Albors a partir de un post de Camilo Gutierrez Amaya publicado en WeLiveSecurity

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