Cada día se detectan cientos de miles de nuevos ejemplares de malware. Los hay de alto riesgo como los troyanos y otros aparentemente menos peligrosos, pero no por ello menos molestos. En esta categoría encontramos el adware, que podríamos definir como aquel software que muestra publicidad indeseada de forma constante, incluyendo aquella publicidad que proviene de algunas empresas y que insisten en que instalemos sus barras de herramientas o hagamos de su web nuestra página de inicio.
A pesar de su supuesta menor peligrosidad si comparamos el adware con los troyanos, las técnicas de evasión y la sofisticación utilizada en algunas muestras de adware confirman que este tipo de software está lejos de ser una simple molestia menor, siendo capaz de modificar las búsquedas de los usuarios para mostrar resultados con trampa.
Por regla general, el adware suele tener un impacto visual a la hora de navegar y no tanto en el rendimiento del ordenador, puesto que los ejecutables que utilizan suelen ser pequeños y discretos. No obstante, el verdadero peligro del adware se encuentra en su capacidad de redirigirnos hacia donde sus creadores quieran y esto incluye páginas infectadas con todo tipo de malware.
La detección del adware como algo malicioso también es complicado desde el punto de vista legal, puesto que muchas de las empresas que lo utilizan se mueven en esa zona gris sin una definición exacta que hace que las interpretaciones acerca de su legalidad difieran considerablemente dependiendo del punto de vista utilizado.
Es esta zona gris en la que se mueven algunas empresas para obtener dinero lo que genera muchos problemas a la hora de, por ejemplo, descargar una aplicación de alguna de las webs que ofrecen descargas gratuitas pero que, a la vez, modifican el instalador de la aplicación buscada para incorporar las molestas barras de tareas.
1. Detectando estas amenazas
Analizar nuestro sistema en busca de adware puede ser una tarea difícil, puesto que constantemente se nos está ofreciendo su instalación desde muchas páginas web por las que solemos navegar y dicha instalación suele realizarse casi sin darnos cuenta.
Hay algunos ejemplos de adware que intentan pasar desapercibidos en nuestro sistema redirigiendo sutilmente los resultados de nuestras búsquedas a webs con anuncios hechos a medida, pero la mayoría de muestras suelen ser menos sutiles. Probablemente, el primer síntoma que detectemos sea la aparición de ventanas emergentes en nuestro navegador o incluso en nuestro escritorio. Esto debe ser motivo suficiente para hacer sonar todas las alarmas.
2. Revisa tus marcadores y favoritos
La primera medida que debemos adoptar si notamos la aparición de estos molestos anuncios en nuestro sistema es revisar las webs que tenemos incluidas como marcadores o favoritos en nuestro navegador. Si vemos algo que no sea familiar es una señal clara de que hay un problema.
La modificación de nuestra página de inicio o el añadir nuevas webs a nuestros favoritos son síntomas claros de infección por adware, incluyendo aquellos que parecen provenir de empresas legítimas. Si comprobamos que han aparecido nuevas páginas web en nuestros favoritos, es tiempo de hacer una visita al panel de control de nuestro sistema para ver si en la opción de Programas y Características han aparecido nuevas aplicaciones no deseadas y, en caso afirmativo, desinstalarlas.
3. Limpia periódicamente tu navegador
Asegúrate de que tu navegador está configurado adecuadamente para bloquear la instalación de extensiones por defecto, así como también bloquear las molestas ventanas emergentes de publicidad. Incluso el malware más sofisticado es incapaz de hacer magia y lo más seguro es que las extensiones del adware que tengamos instalado aparezcan de forma visible en el apartado de complementos o extensiones de nuestro navegador.
Por lo tanto, es muy recomendable revisar periódicamente los complementos o extensiones que tengamos instalados en nuestro navegador para buscar aquellas que no reconozcamos y eliminarlas.
4. El Freeware raramente sale gratis
Los programas gratuitos pueden parecernos una gran idea pero también deberían hacernos sospechar en algunos casos que la oferta parece demasiado buena. Muchas veces, el adware se ofrece como parte de software gratuito y solemos aceptar las condiciones de uso sin leer el farragoso documento que suele componerlas.
Para evitar estos problemas recomendamos descargar siempre las aplicaciones desde la web del fabricante, leer las opiniones de otros usuarios en webs independientes y evitar en la medida de lo posible aquellas webs de descargas que fomenten la instalación de adware o aplicaciones no deseadas.
5. Difícil de eliminar pero merece la pena intentarlo
Si hemos tenido nuestro ordenador expuesto al adware durante bastante tiempo, eliminarlo completamente de nuestro sistema puede parecer una misión imposible pero tan solo es cuestión de paciencia y perseverancia. Todo pasa por buscar el software que tengamos instalado y que pertenezca a empresas que no reconozcamos (previa búsqueda en Google para asegurarnos de que no eliminamos accidentalmente aplicaciones que sí queremos mantener).
6. Leamos el acuerdo de licencia
Sabemos que suelen ser textos muy largos y difíciles de entender, especialmente si no se tienen conocimientos legales. No obstante, podemos ahorrarnos tiempo si buscamos palabras clave como “información” ( “information” en inglés) o “anuncios” (“advertising”). Leer opiniones acerca del desarrollador y de la aplicación que deseamos instalar también nos ayudará a diferenciar el software realmente útil del que incorpora adware.
7. Las barras de tareas son una molestia
Estas molestas barras que se acoplan a nuestro navegador son una de las peores pesadillas de los usuarios. Por desgracia suelen ser incorporadas en software de todo tipo, incluido Java, que intenta colarnos la molesta barra del buscador Ask cada vez que instalamos una de sus frecuentes actualizaciones de seguridad. Por regla general, estas barras de herramientas aportan muy poca utilidad y representan una molestia para la mayoría de usuarios.
8. Si tu navegador pide permiso para instalar una aplicación, lee lo que te dice
Tanto Chrome como Firefox avisan si una aplicación está tratando de instalar una extensión en tu navegador. No ignores estas advertencia, puesto que mucho adware se instala de esta forma. Si no estas de acuerdo o no reconoces lo que te pide el programa, entonces no lo instales. En algunos casos de adware más elaborado no se pide este permiso por lo que siempre es recomendable revisar las extensiones instaladas en búsqueda de aquellas maliciosas.
9. Muchas herramientas antiadware son, en realidad, adware
Resulta paradójico, pero una de las peores búsquedas que podemos realizar es aquella en la que busquemos herramientas antiadware. La web está plagada con supuesto software gratuito de este tipo que es, en realidad, adware, muchas veces incluso peor del que ya tenemos instalado. Es como tratar de curar un resfriado inyectándonos una muestra del virus ébola. Esto no significa que haya programas muy buenos y efectivos para luchar contra el adware, especialmente la mayoría de antivirus reconocidos del mercado y alguna herramienta especializada.
Esperamos que estos consejos os hayan servido de ayuda y podáis libraros de las molestias que suelen ocasionar las diferentes muestras de adware que se detectan cada día.