Ya lo advertíamos en este blog: la política de privacidad de Instagram, que casi nadie nos leemos pero que aceptamos con mucha alegría, sale ahora a relucir en todo su esplendor tras la compra del sistema por parte de Facebook: Instagram ha confirmado que tiene los derechos perpetuos de venta de las fotos que los usuarios han subido y compartido a través de esta red sin ningún tipo de obligación a pago o a notificación.
La nueva política de propiedad intelectual entrará en vigor el próximo 16 de enero, justo tres meses después de que Facebook haya culminado su adquisición de este popular sitio de intercambio de fotografías. Eso sí, los usuarios que lo deseen, tienen hasta el 16 de enero para borrar sus cuentas y todas sus instantáneas, pero si no lo hacen, a partir de esa fecha, todo el material pasará a formar parte de Instagram y, por lo tanto, de Facebook. Y no habrá forma, por lo tanto, de revocar esos derechos de ninguna manera.
Según su nueva política de privacidad, Facebook reclama la perpetuidad de los derechos de todas las imágenes públicas y afirma que está legitimado para vender o ceder las fotos a otras empresas, inclusive si se trata de fines publicitarios. Hay muchas fotos en Instagram, muchísimas; si Facebook se dedica ahora a vender los derechos, estaríamos hablando de la mayor agencia de stock de fotos que existe en la Red. Así que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que ahora Instagram es el nuevo iStockPhoto, excepto que en el caso de Facebook no tienen que pagar a nadie por los derechos de uso de las imágenes, dado que ya son suyas.
Veamos las aplicaciones prácticas: imaginemos que un hotel en las Islas Canarias quiere utilizar imágenes de Instagram para su campaña publicitaria en anuncios en prensa, televisión, marquesinas, vallas publicitarias, etc… Imágenes que habrían sido colgadas por los propios usuarios durante sus vacaciones, con familia e incluso con niños, por qué no. Eso sí, pagará o no a Facebook dependiendo de su política de venta, pero el usuario final que ha tomado las fotos ni recibirá un euro por derechos de imagen ni se enterará. Bueno, quizá sí se entere, cuando vea la foto de su familia publicada en una valla publicitaria de cualquier autovía española.
Facebook no se ha pronunciado todavía de manera oficial a los requerimientos de más información al respecto, así que lo único que queda claro es que si continuas utilizando Instagram a partir del 16 de enero de 2013 y sigues subiendo fotos, estás renunciando a todos tus derechos y cediendo la propiedad a la conocida red social.
Las dos modificaciones que van a introducir en su política de privacidad y que vendría a legitimitar sus derechos, es una sección que elimina la frase “licencia limitada” por “licencia trasnferible” o “sub-licenciable”. Un cambio tan simple de dos palabras permite a Facebook tener los derechos de licencia de las fotos y cederlas a otras organizaciones.
Pero hay un segundo cambio que además permite a Facebook cobrar dinero. Dice “una empresa u otra entidad puede pagarnos para mostrar tus (…) fotos (…) en conexión con un contenido promocional o patrocinado sin ningún tipo de compensación para ti (para el usuario).” Esta frase no existe, actualmente, en la política vigente de privacidad de Instagram.
Además, añaden otra condición nueva que les inmuniza de cualquier tipo de acción legal que cualquier usuario pudiera llevar a cabo si hacen públicas fotos que eran privadas. Dice dos veces, en el mismo párrafo, que “no es objeto de demanda ningún uso o difusión de contenido” e “Instagram no puede ser demandado por ningún uso o difusión de cualquier tipo de contenido que compartas en la red”.
Diferentes organizaciones, tanto públicas como privadas de Estados Unidos, están iniciando las acciones correspondientes para intentar evitar que estos cambios se lleven efectivamente a cambio. Pero por si acaso, y si no quieres llevarte sorpresas desagradables, te recomiendo que elimines tu perfil antes del 16 de enero. Después será tarde.