Seguro que cuando has leído este titular habrás pensado que te voy a hablar de Marketing, ¿a que sí? Bueno, pues sí, vamos a hablar de marketing, pero también de seguridad, y es que muchas veces queriendo atajar en nuestras estrategias de eso tan rimbombante que ahora se llama inbound marketing podemos acabar con algún disgusto.
Vayamos al principio… Cada vez que un profesional –o un aficionado- del Social Media gestiona cuentas de empresa tiene una única obsesión: conseguir el mayor número posible de seguidores tanto en Facebook como en Twitter, LinkedIn, SlideShare, etc. Yo le llamo el “yo la tengo más larga”, porque muchas veces es un juego de patio de colegio: “chincha-rabiña, tengo más seguidores que tú…”. Pero también es normal: cuanta más gente nos conozca y nos siga, más oportunidades tendremos de llegar a nuestro público objetivo comunicando las bondades de nuestros productos o servicios. Esa es la potencia de las redes sociales, la posibilidad que tenemos de convertirnos en un altavoz de las marcas viralizando los contenidos, comentando, amplificando, etc.
Si visitas la página de empresa de cualquier marca en Facebook y tiene solo 40 seguidores, o bien es porque se acaba de abrir o porque se ha abandonado o porque lo que comparte no interesa absolutamente a nadie y por lo tanto no crece en seguidores. Lo mismo en Twitter y en el resto de redes sociales. Así que el secreto está en el contenido. Seguro que si te dedicas a esto o eres curioso de las estrategias online habrás oído cien mil veces aquello de “el contenido es el rey”. Y lo es: sin una adecuada estrategia de contenidos que realmente aporte valor y que interese a alguien es muy complicado llegar al público. Desde luego, el típico “vendo, vendo, vendo” acaba aburriendo a las ovejas y generando además un sentimiento negativo hacia la marca por pesada (bueno, pesad@ su community manager ;-).
Y como generar contenidos interesantes cuesta un esfuerzo mental –hay que pensarlos primero- y hasta físico –hay que hacerlos-, pues la inmensa mayoría de las marcas no generan contenidos. Simple y llanamente. Se dedican a compartir artículos de otros sitios que son de interés y que tienen que ver con su sector y con ellos alimentan las redes. Pero claro, esta estrategia no trae más fans ni más seguidores y, muchas veces, los responsables de comunidades se desesperan.
Si tengo que hacer un ranking de las preguntas más frecuentes que me han hecho en los últimos tres años, la primera, sin duda, es “¿cómo consigo más seguidores en las redes sociales?”, seguida por “¿cómo aparezco primero en Google?” (pero este es otro tema diferente).
Pues bien, hay dos formas de conseguirlos: la “legal” y “ética”, es decir, currándoselo bien, y otra más rápida y quizá no tan ética, que es la que puede suponer un peligro para todos.
Póngame cuarto y mitad de fans
Hace un mes aproximadamente, una amiga me llamaba un poco desesperada porque gestiona varias cuentas de empresas en Facebook y en Twitter y no lograba hacerlas crecer en número de fans. Y sus clientes le dan mucha importancia al numerito, sin preocuparse del engagement con su público, es decir, la interacción. Así que me preguntó cómo podía generar más seguidores, y yo le solté el mismo rollo del contenido que anteriormente. Pero claro, ni estas empresas generaban contenido ni a ella le pagaban para hacerlo, por lo que se encontraba en un punto muerto.
Me preguntó por la conveniencia de comprar fans, y le respondí que seguramente en su inmensa mayoría serían perfiles falsos que sí aumentarían el numerito, pero que a la larga sería perjudicial porque el algoritmo de Facebook penaliza en posicionamiento las publicaciones de páginas con muchos fans que interactúan poco. Y si iban a ser falsos, lo más seguro es que interactuaran (darle al “Me gusta”, compartir, etc.) lo más cercano a nada.
Pero ni corta ni perezosa, hizo una búsqueda en Google y compró fans. A un módico precio. En estas cosas, a una siempre se le erizan los pelos del cuello, porque supone que puede ser un timo bastante gordo: pagas y luego ni tienes fans ni los 25€ que te han costado el “cuarto y mitad”. Pero sí los tuvo: a los pocos minutos vio cómo sus cuentas comenzaban a registrar nuevos seguidores. Y lo más sorprendente de todo: muchos, la mayoría, eran perfiles reales de gente con historial, con tweets, que compartían cosas y hacían comentarios. Y en español, de Sudamérica, pero español al fin y al cabo.
Me preguntó cómo lo harían, y sinceramente, me costaba muchísimo imaginarme cómo una o dos o aunque fueran 10 personas pudieran mantener 1.000 perfiles dotándoles de vida. Sería para volverse loco. ¡Cuesta hasta imaginar que lo hagan los chinos! Así que –sin ser informática- le contesté que seguramente habría algún programa que automatizara la tarea, porque si lo hicieran a mano, no le hubiera costado 25 €.
Se puso a buscar, y unos días después encontró la solución en un sitio un poco dudoso: por solo 10 € podías tener el programa que generaba, de forma automática, seguidores y fans. En esta ocasión, le advertí: cuidado, que no sabes ese automatismo en qué consiste.
La última llamada fue para pedirme ayuda, porque se había infectado con un troyano y su antivirus –de otra marca diferente de ESET que no voy a mencionar- no se lo quitaba.
Los llamados sistemas social networks
El programita que había adquirido es uno de tantos sistemas similares que hay en el mercado, del cual no voy a dar el nombre, y que basa su funcionamiento en el “yo te doy, tú me das”. La verdad es que es muy sencillo, si lo piensas bien, ya que consiste en el intercambio en comunidad de me gustas o seguimientos en páginas de gente que tiene un interés común: dar mayor visibilidad a sus páginas. No voy a dar el nombre porque hay un montón (a poco que busques en “san Google” darás con ellos), pero así es como te lo venden:
Cuesta 10 € darse de alta en el sistema, tras lo cual, recibes un Word con instrucciones para ponerte en marcha. No hace falta tener conocimientos técnicos, ya que las instrucciones son muy claritas. Lo primero que tienes que hacer es registrarte en su página. Hasta aquí, ok. Lo siguiente es instalarte Firefox si aún no lo tienes. Y en tercer lugar, instalarte una extensión de Firefox. Bueno, mucha gente tiene extensiones instaladas.
La cosa empieza a oler un poco mal cuando lees el siguiente paso: te tienes que descargar un archivo alojado en Dropbox que automatiza la tarea y que es una macro. Crear unas carpetas, copiar el archivo, etc… y dejar el navegador abierto lanzando la extensión. Que, por cierto, tiene el nombre “Bot like 2013 Jorge”… ¿os suena eso de bot?
Para que el programa funcione, debes tener abierto Firefox y una cuenta de Facebook o de Twitter, que, eso sí, te recomiendan que la crees falsa porque es la que va a generar los me gustas en otros sitios. Pero como hemos dicho anteriormente, si revisas la mayoría de los perfiles, muchísimos son reales (el comentario de que hagas una cuenta nueva lo tienes al final del documento, que seguro que casi nadie se lee).
En el momento en que le das a “Ejecutar”, el programa, según su(s) autor(es), “con la ejecución del script conseguirás sumar miles de puntos que luego podrás cambiar por acciones de usuarios en diferentes redes sociales, incluso hasta puedes cambiarlos por visitas hacia tu sitio web (Website hits)”. Es decir, tú pones a disposición del resto un perfil que genera me gustas, seguimientos, visualizaciones de YouTube o visitas a web, y por cada 2 acciones que tu personaje genera, tú ganas un punto. Los puntos se acumulan y puedes canjearlos por acciones que tú quieras. De esta manera, ganan todos.
¿Es oro todo lo que reluce?
El sistema es sencillo: te ayuda a ganar números en tus redes sociales sin tener que hacer nada más que dejar instalado el programa y ejecutándose, con el navegador abierto y la sesión de Facebook también. No es nada ilegal ni ilícito en apariencia: es como si a tu grupo de amigos les pides que por favor te sigan en redes sociales (algo que hemos hecho todos en alguna ocasión). Y no por esto estamos cometiendo una ilegalidad. Esto es lo mismo, pero de forma automática, rápida y efectiva, porque puedes llegar a mucha más gente. En cuanto a si es ético o no, bueno, esa es otra discusión diferente. Desde luego, no es algo que ganes gracias a tu esfuerzo, ni como marca ni como profesional del marketing. Y aquí que cada uno juzgue a su manera.
Pero vámonos ahora al terreno de la seguridad. En realidad, si pensamos en cómo actúa, nos daremos cuenta que no es más que un programa abierto en un navegador que está esperando instrucciones que se lanzarán desde un control central. Es decir, como su nombre indica, es un bot. Y todos los usuarios que han pagado los 10 € y utilizan el programa, son parte de una red de bots o una botnet. Por recordar, un bot es un programa que convierte a un ordenador en un robot que espera instrucciones y las sigue fielmente.
Una red de bots puede tener diferentes finalidades, y no todas tienen por qué ser malas o negativas, ni mucho menos. Esto es igual que cuando decimos que ser hacker no es nada negativo en sí mismo: puedes ser un hacker y emplear tus conocimientos para finalidades buenas o malas…, todo depende de hacia qué lado te inclines. Por lo tanto, no quiero decir que este programa se esté utilizando con otras finalidades diferentes para las que ha sido concebido, pero recordemos que a mi amiga le entró un troyano en un ordenador que tenía única y exclusivamente dedicado a esta labor, sin utilizarlo para nada más.
Si pensamos mal en qué usos se le puede dar, a mí se me ocurren unos cuantos:
- Lanzar visitas hacia una web que contiene malware, un troyano, por ejemplo. Cuando enviamos a todos los perfiles a visitar dicha web, todos esos ordenadores quedarían infectados. Por supuesto, contamos con que tienen un antivirus instalado, pero no todos los antivirus son capaces de detectar lo mismo (no olvidemos el ejemplo de mi amiga), ni siquiera lanzando análisis bajo demanda y a bajo nivel.
- Si tienes que tener un perfil de Facebook o de Twitter abierto para ejecutar el programa, es que con ese perfil pueden hacer lo que quieran… Se me ocurre: podrían lanzar spam, o distribuir una amenaza vía mensajería interna de Facebook, o de Twitter… Y como muchos perfiles son reales, pues acabaría llegando el típico mensaje desde un remitente que forma parte de tu red de amigos. Si pincharas, te infectarías, y así sigue la bola.
- Si ese perfil de Facebook o de Twitter es el de una empresa, el daño podría multiplicarse, al resultar dañada su reputación.
- También se podría utilizar de alguna manera esa red de ordenadores para alquilarla a spammers…
- Etc…
Seguro que si eres técnico, se te ocurren muchas otras aplicaciones.
En conclusión: pagamos para formar parte de una red de bots
Reducido al argumento más simplista, podría afirmar que el(los) autor(es) de este bot han descubierto un auténtico negocio. Veamos:
- Hemos pagado 10€, que es un bajo coste, pero que multiplicado por miles de usuarios pueden suponer un dinero al mes.
- Le hemos dado nuestros datos, porque nos hemos registrado en su portal.
- Le damos un ordenador para que hagan con él, y con nuestro perfil en redes sociales, lo que quieran. Y si son listos, ya se encargarán de alquilar esta red de bots para otros fines, para sacarle así más rendimiento.
- Y además, los usuarios, en su mayoría gente de marketing sin conocimientos técnicos, estamos contentos y agradecidos porque conseguimos fans o likes o seguidores o… Por lo tanto, lo recomendaremos. Porque, se me olvidó decir, que si recomiendas el programa por un link personalizado te dan 300 puntos extra que suma a tu saldo y que posteriormente puedes canjear.
Y todo ello con el halo de “buenrollito.com” y qué buena es la comunidad y las estrategias sociales.
Si te tengo que dar un consejo, te voy a dar el único que te puedo dar: cúrrate una buena estrategia en redes sociales y no hagas trampas. Cuesta más tiempo, más esfuerzo, pero recompensa y compensa mucho más a la larga. Y de paso, te evitarás correr riesgos y tener disgustos. Y dicho sea de paso: si vas a hacerlo, instala un buen antivirus de pago con un buen soporte técnico (el troyano de mi amiga se quitó con el antivirus de ESET ;-); no utilices un ordenador que tengas conectado en Red a ningún otro servicio, y haz copia de seguridad de todo antes de ponerle a hacer este trabajo… solo por si acaso.
Y como veréis, he evitado nombrar el programa o el sistema en todo el artículo. Así que ahorraros el esfuerzo de preguntarme por cualquier canal sobre esta aplicación, porque no pienso convertirme en altavoz de algo que puede ser muy peligroso, o que ya lo es. ¡Eso nunca se sabe! Espero que lo comprendáis ;-).
¡Feliz semana, trop@!