El Internet de las cosas (IoT) está cambiando nuestra forma de vivir y trabajar. Desde los marcapasos inteligentes hasta los smartwatches, pasando por los asistentes de voz y los timbres inteligentes, la tecnología nos está haciendo más sanos, más seguros, más productivos y más entretenidos.
Al mismo tiempo, también ha proporcionado oportunidades a los fabricantes para comercializar nuevos y llamativos juguetes para nuestros hijos. El mercado mundial de los juguetes inteligentes va a experimentar un crecimiento porcentual de dos dígitos, hasta superar los 24.000 millones de dólares en 2027. Pero cuando la conectividad, los datos y la informática se juntan, las preocupaciones por la privacidad y la seguridad empiezan a aumentar.
Lo más probable es que también estés pensando en comprar uno de estos juguetes para tus hijos y así fomentar su aprendizaje y creatividad. Sin embargo, para proteger tus datos y tu privacidad (¡y la seguridad de tu hijo!), vale la pena investigar un poco antes de dar el salto al mundo de los juguetes conectados.
Qué son los juguetes inteligentes y cuáles son sus principales riesgos
Los juguetes inteligentes existen desde hace varios años. Como cualquier dispositivo IoT, la idea es utilizar la conectividad y la inteligencia del dispositivo para ofrecer experiencias más inmersivas, interactivas y receptivas. Esto podría incluir características como:
- Micrófonos y cámaras que reciben vídeo y audio del niño
- Altavoces y pantallas para transmitir el audio y el vídeo al niño
- Bluetooth para vincular el juguete a una aplicación conectada
- Conectividad a Internet con el router Wi-Fi doméstico
Con este tipo de tecnología, los juguetes inteligentes pueden ir más allá de los juguetes inanimados con los que la mayoría de nosotros crecimos. Tienen el poder de involucrar a los niños a través de la interacción e incluso adquirir nuevas funcionalidades o comportamientos mediante la descarga de capacidades adicionales de Internet.
Como resultado, sus productos pueden contener vulnerabilidades de software y/o permitir contraseñas inseguras. Pueden registrar datos y enviarlos de forma encubierta a terceros, o pueden exigir a los padres que introduzcan otros datos sensibles, pero almacenarlos de forma insegura.
Cómo mitigar los riesgos de los juguetes inteligentes
Dado que los juguetes inteligentes representan un cierto grado de riesgo para la seguridad y la privacidad, ten en cuenta los siguientes consejos de buenas prácticas para contrarrestar las amenazas propuestos por ESET, compañía experta en ciberseguridad:
- Investiga antes de comprar: Comprueba si ha habido publicidad negativa o investigaciones sobre posibles robos de credenciales y problemas de privacidad del modelo en cuestión.
- Protege tu router: Este dispositivo es el centro de la red doméstica y se comunica con todos los dispositivos conectados a Internet.
- Apaga los dispositivos: Cuando no lo uses, apaga el dispositivo para minimizar los riesgos.
- Familiarízate con el juguete: Al mismo tiempo, asegúrate de que los niños más pequeños estén bajo supervisión cuando lo utilicen.
- Comprueba si hay actualizaciones: Si el juguete puede recibirlas, asegúrate de que está ejecutando la última versión del firmware disponible.
- Elige una conectividad segura: Asegúrate de que los dispositivos utilicen la autenticación cuando se emparejen por Bluetooth y utilicen comunicaciones cifradas con el router doméstico.
- Descubre dónde se almacenan los datos: Y qué reputación tiene la empresa en materia de seguridad.
- Utiliza contraseñas fuertes y únicas al crear cuentas.
- Minimiza la cantidad de datos que compartes: Esto reducirá tu exposición al riesgo si los datos son robados y/o la empresa es vulnerada.
“Este tipo de juguetes pueden ser, en primera instancia, muy atractivos para los niños y sus padres, ya que suelen fomentar la interacción con los mismos, disponer de la posibilidad de supervisar su uso e incluso, en algunos casos, ser útiles para el aprendizaje. Sin embargo, no debemos olvidar que, a efectos prácticos, no dejan de ser dispositivos conectados como nuestros teléfonos u ordenadores pero que, en demasiadas ocasiones no reciben la misma atención en materia de seguridad de los fabricantes y sus usuarios” concluye Josep Albors, responsable de investigación y concienciación en ESET España.