Cuando el pasado 1 de septiembre supimos que las fotos de un montón de famosas estaban circulando por la Red alegremente, mi compañero Josep me alertó de un hecho significativo: había tweets que compartían dichas imágenes y que, misteriosamente, luego desaparecían. No podemos saber si fruto de un arrepentimiento repentino de su autor, pensando más en las consecuencias que en la gracia de hacer RT, o si es que Twitter había recibido instrucciones precisas para borrar todo el contenido que se compartiese o distribuyese con dicha temática.
Algunos twitteros denunciaron este hecho, y claro, uno no puede evitar pensar en otras ocasiones en las que se le ha solicitado a la red social el borrado de contenidos relacionados con la anorexia, por ejemplo, y la gran empresa ha dado la negativa como respuesta.
No nos sorprende, ya que hace un par de años, la red anunció que, ante su crecimiento alrededor del mundo y su popularidad en países que entienden de formas distintas la libertad de expresión, tendría la facultad de ocultar ciertos contenidos en determinados países. El ejemplo que Twitter dio en esa ocasión a través de su blog fue el de Francia o Alemania, donde las leyes prohíben la difusión de contenido pro-nazi. Los tweets con esa temática serían censurados en ambos países, pero serían visibles en los que no tengan ese criterio en su legislación.
Pero bloquear contenidos no sería la única prerrogativa de la red, sino que también tendría la facultad de dar de baja alguna cuenta. De hecho, ya se han dado antecedentes del borrado masivo de cuentas falsas en otros países, como en México, cuando estas aplaudían mucho a un político o bien le abucheaban. Vamos, algo así como el reciente caso de miles de seguidores islámicos siguiendo de repente a Mariano Rajoy en nuestro país.
Que yo sepa de primera mano, en nuestro país todavía no se ha dado el caso de censura de contenidos (si es así, me encantaría ver un ejemplo), pero si ves que tu tweet se queda en gris y aparece algún tipo de mensaje como el siguiente, es que has sido víctima de una censura de contenidos:
Twitter no es la única que es capaz de controlar todo lo que viaja a través de su Red y censurar, o no, contenidos. Facebook también lleva tiempo haciéndolo. Hoy por ejemplo nos hemos enterado de un caso bastante peculiar: un padre del Carolina del Norte montó una página en Facebook para recaudar fondos para su hijo enfermo de dos años, que necesitaba urgentemente un transplante de corazón. Se planteaba el objetivo de recaudar 75.000 $. Para llegar a tal cifra, quería hacer una campaña pagada de anuncios en Facebook Ads con el propósito de llegar más rápido a más gente.
Sin embargo, Facebook no le ha permitido poner en marcha la campaña, porque la foto que estaba utilizando era la de su propio hijo en el hospital intubado, y Facebook considera que este material es de mal gusto, negativa y no se puede utilizar. Y añaden en el comunicado a este frustrado padre: “Images including accidents, car crashes, dead and dismembered bodies, ghosts, zombies, ghouls, and vampires are not allowed.”
Es decir, que las imágenes que incluyen accidentes, choques de coche, muertes, cuerpos desmembrados, fantasmas, zombis y vampiros, no se permiten… ¡¡¡¡OOO!!!! Bien, señores, pues entonces tendrían que empezar a desmantelar la mitad de los contenidos de Facebook incluyendo la mayoría de los vídeos que distribuyen scam y que basan sus ganchos precisamente en este tipo de material. Ah, y en Halloween cierren ustedes… Sugerimos colgar el cartel de: “Lo sentimos, pero debido a la gran afluencia de fantasmas, zombis, vampiros y otros seres horripilantes que nos parecen negativos y de mal gusto, hoy cerramos por vacaciones”.
Concluyendo, el que las redes sociales tengan la facultad de censurar contenidos o cancelar cuentas está genial. El problema es: ¿quién decide qué es censurable o qué no? Es decir, si denuncio a un ex que me está ciberacosando en Facebook y amenazándome de muerte, ¿los chicos de Facebook deciden cerrar esa cuenta? O tengo que enviar algo así como la orden de alejamiento del juez a modo de prueba de vida para que me hagan caso al igual que piden el DNI para otras cosas…
Mucho me temo que en este largo sendero tenemos mucho que aprender: tanto la gente que trabaja en las redes sociales como los usuarios. Y auguro un futuro interesante en este sentido, todavía más de lo que está siendo, donde en algún momento algún tipo de entidad supranacional y transversal a Internet tendrá que ayudar, asesorar o gestionar este tipo de problemática.
Pero eso, como siempre, será en un futuro muy lejano. Porque en el mundo de Internet, señores, donde cada milésima de segundo cuenta, las cosas siguen yendo despacio.
Buena semana, ¡trop@!