Últimamente se está hablando bastante de los ataques sufridos por famosos que ven cómo información privada, sus agendas de teléfono o incluso imágenes comprometidas salen a la luz. El último caso con gran repercusión mediática fue el del robo de fotos posando desnuda de la actriz Scarlett Johansson. Afortunadamente, el ladrón de estas y otras fotografías de famosos ya ha sido detenido.
A pesar de que este tipo de robo de información pueda parecer ser obra de expertos hackers que usan complicadas técnicas de intrusión, la realidad es bien diferente. La técnica usada por el atacante consistía en analizar la información que la actriz tenía publicada en redes sociales y realizar un seguimiento de los hábitos de navegación y preferencias para intentar averiguar sus contraseñas a partir de ellos.
Esta minería de datos no se ha usado solamente con Scarlett Johansson, ya que otros personajes famosos habrían sido víctimas de la información que ellos mismos proporcionan. Pero no hace falta ser famoso para ver nuestra información privada comprometida. Cualquiera puede ser víctima de este tipo de ataques si no se anda con cuidado y genera contraseñas débiles a partir de información fácil de averiguar.
Pongamos, por ejemplo, que nuestras contraseñas de acceso al correo electrónico se basan en algo tan “complejo” como el nombre de nuestra mascota o de algún familiar. Si, como muchos de nosotros, publicamos información de ese tipo en redes sociales, le estamos proporcionando valiosa información a cualquiera que decida lanzar un ataque dirigido contra nuestros datos confidenciales, ya estén almacenados en un dispositivo móvil o en una cuenta de correo en la nube.
Como vemos, la protección de los datos depende, en gran parte, de las medidas que apliquemos para protegerlos. Una parte importante de esa protección consiste en evitar accesos no autorizados, y las contraseñas fuertes y difíciles de averiguar juegan un papel vital en ese aspecto. También es posible que el proveedor de servicios que almacena nuestros datos privados sufra un ataque, pero, estadística en mano, es mucho más probable que el robo se produzca por un descuido nuestro.
Desde el laboratorio de ESET en Ontinet.com no nos cansaremos de recordar la importancia de contar con unas buenas contraseñas para la protección de datos sensibles. Asimismo, también hemos de tener especial precaución con los dispositivos móviles. Al fin y al cabo, los llevamos encima todo el tiempo y son mucho más fáciles de robar que nuestro ordenador personal.
Josep Albors