El boom de los chatbots románticos: compañía virtual con riesgos que no siempre se ven


Las aplicaciones de compañía basadas en inteligencia artificial, conocidas como chatbots románticos, están experimentando un crecimiento explosivo, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Lo que hace apenas una década parecía ciencia ficción – mantener conversaciones afectivas o vínculos románticos con una IA – hoy es una realidad impulsada por la expansión de la inteligencia artificial generativa.

En España, este fenómeno se ha hecho especialmente visible en TikTok, donde creadores promocionan aplicaciones como Tipsy Chat, una plataforma que permite interactuar con personajes virtuales diseñados para ofrecer compañía emocional o romántica, muchos de ellos inspirados en personajes de anime y otras ficciones. A ello se suma la popularidad global de servicios como Replika, Nomi o Character.AI, que han convertido los chatbots de compañía en una tendencia masiva.

Sin embargo, este auge viene acompañado de preocupaciones crecientes sobre privacidad, seguridad digital y salud emocional. Desde ESET, compañía líder en ciberseguridad, advertimos que estas herramientas gestionan datos extremadamente sensibles, desde información personal hasta contenidos íntimos o emocionales que los usuarios comparten creyendo que están en un entorno seguro.

Es comprensible que estas aplicaciones atraigan a usuarios que buscan conversación o apoyo emocional, pero no debemos olvidar que hablamos de un terreno especialmente delicado”, explica Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España. “La información que compartimos con estos sistemas – emociones, rutinas, relaciones, deseos o inseguridades – es profundamente personal. Y en manos equivocadas, puede utilizarse con fines comerciales, manipulativos o incluso maliciosos. La clave es usarlos con sentido crítico y ser plenamente conscientes de los datos que estamos exponiendo”.

 

Cómo funcionan estos chatbots románticos

Los chatbots románticos utilizan modelos de lenguaje avanzados (LLM) y técnicas de procesamiento del lenguaje natural para mantener conversaciones fluidas y personalizadas. Plataformas como Character.AI, Nomi o Replika crean “compañeros virtuales” capaces de adaptarse emocionalmente al usuario, simulando vínculos afectivos y ofreciendo respuestas diseñadas para parecer humanas. Esta tendencia se ha acelerado con el interés de algunas de las grandes empresas tecnológicas: OpenAI ha anunciado funciones específicas para contenido adulto verificado, mientras que xAI ha incorporado modos de interacción con coqueteos en su app Grok.

Sin embargo, este funcionamiento sofisticado implica una gestión masiva de datos confidenciales. Estudios recientes indican que hasta tres cuartas partes de los adolescentes ya han usado este tipo de bots y una parte significativa comparte información personal con ellos. Incidentes como el de las apps Chattee Chat y GiMe Chat – que dejaron expuestas más de 600.000 fotos y millones de conversaciones íntimas por un fallo de configuración – demuestran que estas plataformas pueden convertirse en un riesgo real para la privacidad y la seguridad digital cuando no cuentan con las medidas adecuadas.

 

Los 5 riesgos ocultos: privacidad, manipulación emocional y perfiles psicológicos

Identificamos varias amenazas asociadas al uso de chatbots románticos: 

·       Recopilación masiva de datos privados y emocionales: estos sistemas almacenan conversaciones que pueden incluir detalles íntimos, preferencias, estados emocionales o incluso confesiones personales. Parte de esta información puede ser utilizada para realizar un perfilado psicológico o entrenar modelos sin transparencia de cara al usuario.

·       Falsa percepción de intimidad y dependencia emocional: muchos chatbots están diseñados para generar apego, reforzar respuestas afectivas y mantener al usuario dentro de la plataforma. Algunos imitan comportamientos románticos, lo que puede difuminar los límites entre la compañía artificial y las emociones reales.

·       Riesgo de monetización agresiva: las versiones gratuitas suelen limitar algunas funciones clave y empujan a los usuarios a suscripciones “premium”, ofreciendo interacciones más íntimas o personalizadas.

·       Uso inadecuado por parte de menores: la accesibilidad de estas apps en redes sociales y tiendas móviles facilita que menores interactúen con modelos no supervisados, sin comprender los riesgos de privacidad ni las implicaciones emocionales.

·       Vulnerabilidades técnicas o fallos de seguridad: como cualquier servicio basado en datos, un fallo de seguridad podría exponer conversaciones con contenido extremadamente sensible.

 

Consejos de ESET para usar chatbots románticos con mayor seguridad

Desde ESET recordamos que los chatbots de compañía pueden resultar atractivos, especialmente para los jóvenes, pero su funcionamiento implica la recopilación de datos personales y emocionales que, en manos equivocadas o en plataformas poco seguras, pueden convertirse en un riesgo real. Por ello, recomiendan a los usuarios – y a las familias – adoptar hábitos de protección digital antes de utilizar estas aplicaciones y ser especialmente cautos con la información que comparten en ellas. Si decides utilizar este tipo de aplicaciones, la compañía recomienda:

·       No compartir información personal o sensible: trata al chatbot como tratarías a un desconocido. Evita compartir fotos íntimas, datos financieros o cualquier información que permita identificarte.

·       Investigar antes de descargar: revisa las políticas de privacidad y la reputación de la app. Desconfía de servicios que admiten compartir o vender datos.

·       Activar todas las medidas de seguridad disponibles: configura contraseñas fuertes, activa la autenticación en dos pasos y revisa los ajustes de privacidad para limitar cómo se almacenan y usan tus conversaciones.

·       Control parental para menores: si tus hijos muestran interés por estas apps, supervisa su uso, establece límites y asegúrate de que solo acceden a plataformas con verificación de edad y moderación adecuada.

·       Hablar abiertamente sobre los riesgos: fomenta el diálogo para que comprendan que estos bots no son “amigos” ni “parejas”, sino herramientas comerciales que pueden manipular emociones y recolectar datos.

·       Evaluar el impacto emocional: si notas que la dependencia del chatbot afecta al bienestar del usuario, limita su uso y considera establecer apoyos alternativos más saludables.

·       Mantener tus dispositivos actualizados: actualiza el sistema operativo, las aplicaciones y usa soluciones de seguridad de confianza que detecten comportamientos sospechosos.

·       Ser crítico mientras llegan nuevas regulaciones: este tipo de herramientas aún operan en una zona regulatoria difusa. Hasta que exista un marco claro, evita usarlas como apoyo emocional o confidente.

 

 

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