El Cloud, Industria 4.0 y los becarios gratuitos ¿el fin del profesional medio?

Estimados lectores del blog,

¿Quién no ha escuchado que el futuro de la informática es el cloud?. ¿Quién no ha escuchado estas semanas la polémica sobre el trabajo no remunerado de becarios en ciertos sectores «de moda»?.

¡Aviso a navegantes!: en este artículo voy a reflejar mis opiniones personales como Kinomakino.

Cloud

En primer lugar, voy a hablar del cloud. Lo que parecía una moda pasajera resulta que se está consolidando y nos guste, más o menos, en la actualidad casi todos tenemos servicios en esa famosa nube. Lo queramos o no. No voy a entrar en las ventajas o inconvenientes, pero es un hecho que en nuestras instalaciones con el tiempo tendremos menos equipo «gestionable» y más equipo «tonto» o ligero.

Ya dimos un paso en este sentido con la virtualización de servidores. Donde antes había un armario con 20 servidores, cables, controladoras, tecnología de redes, patch y demás, ahora hay un blade o un servidor central donde antes había 20.

Blade System

Muchas consultoras con el afán de vender postulaban departamentos IT externos para mantener ese sistema blade unificado, y así «esbozar» al comprador una ilusión de ahorro de coste en personal. Al final fue mentira porque donde se gestionaban 20 servidores, ahora se gestionan hypervisores, cabinas, máquinas virtuales y demás lindezas.

Ahora llega el cloud. Mismo concepto pero en un sitio remoto. El poco hardware que nos quedaba en el CPD se reduce a conexiones a Internet y páginas web donde configurar nuestro entorno. Un entorno en formato PAAS, IAAS, AAAS, según contrates. Ya sabes, puedes contratar hardware y administrarlo tú, puedes contratar servidores operaciones (una base de datos) y gestionarlo tú, puedes contratar una aplicación web (un erp) y gestionarlo tú…

Esto es una realidad. En unos años, los equipos de sobremesa también se llevarán a la nube como cuando comenzó la informática… con un equipo sin recursos. Ahora usaremos think client, móviles o tablets.

Pero me pregunto, ¿qué va a pasar con el informático de la empresa? Si ya no tiene que instalar servidores, clientes, administrador programas, configuraciones ¿qué va a pasar? Si supiera qué ocurrirá en el futuro me leeríais desde Bahamas, seguro…

Industria 4.0

Este debate o pensamiento no es cosa únicamente de los informáticos. Con el boom de la industria 4.0, una industria más «moderna» tecnológica, blablabla se introduce la robótica, el machine learning, blablabla

Kaos en la red.

Bajo mi punto de vista, el panorama informático no va a cambiar mucho para los perfiles de bajo y alto perfil. Sin embargo, creo que los perfiles medios corren un riesgo importante, y lo extrapolo a la industria para consolidar mis pensamientos. El currito técnico de la fábrica, el informático de nivel 1 que arregla impresoras, que conoce el software cliente, es más, que conoce al usuario, lo entiende, se lleva bien con él, ese va a ser necesario sí o sí. Estemos en la nube o en Marte ese tipo de soporte habrá que dárselo a Juan cuando entre el lunes y jure y perjure que alguien ha cambiado su clave, o a Cristina que de repente pierde archivos de la hoja de cálculo. El operario de la fábrica que mueve las cajas de un lado para otro, que se pone en una cinta a realizar un proceso concreto. Ese operario quizás perdure, siempre los ha habido, ya que se da el caso en que automatizar un proceso industrial puede ser más caro que sustituir la mano de obra. Por ejemplo, ¿qué máquina va a realizar el control de calidad en una cadena de alimentos en el que también envasa, apila, traspaleta, etc…?

Vamos a pensar en el operario de alto nivel. El experto. En la informática por mucha nube que haya siempre será necesario un arquitecto que controle el despliegue. Siempre será necesario un programador que mejore las soluciones. Un ingeniero agrícola que lidere los proyectos en el campo. Un ingeniero industrial que mejore los procesos junto al proveedor. Nadie discute que este tipo de perfil va a seguir siendo necesario en el cloud y en la industria 4.0.

Pero  ¿qué hay de ese empleado de perfil medio? Esa persona que tiene conocimientos de informática porque lleva toda la vida trabajando pero que lo mismo arregla un PC que configura un servidor. Que lo mismo hace un pequeño script que crea fórmulas con la hoja de cálculo. Que lo mismo instala un antivirus que te instala un virus XD. Ese operario de la fábrica que goza de beneficios adquiridos con el tiempo y no en base a su capacitación. Ese que tiene aparcamiento porque le hace la rosca al jefe y tú no XD.

Cuando llegue un cambio en la empresa, cuando se defina una política concreta de puestos, ¿dónde lo ponemos? No es experto programador, no es experto en una tecnología o proceso concreto. De repente, no sabemos muy bien dónde colocarlo. Estos puestos creo que son los que corren peligro.

Un robot nunca va a llegar a tu casa a entregarte pedidos porque por 1.000€ al mes es más barato pagar a un humano. Pero el operario de la empresa de logística que prepara las rutas… ese sí que corre peligro.

Tengo claro que en este desafío queda la especialización o el bajo nivel. Siempre he defendido lo contrario, siempre he sido un chico para todo, pero creo firmemente que el asunto está cambiando.

Becarios gratuitos

En este mundo siempre ha habido gente que se ha buscado las habichuelas mejor que otros. Recuerdo mi época de estudiante de informática (perdón, mis inicios, aún sigo día a día estudiando). Mientras que mis colegas dormían yo me busqué cursos. Muchos. 2.000 horas recuerdo. Mientras que mis compañeros hacían el mongui, yo lo hacía más, pero me buscaba prácticas no pagadas en empresas. Iba a todas las charlas, eventos, conferencias que caían en mi mano. Recuerdo que me lo curré un montón hasta que encontré mi primer trabajo de informático. Ahora recuerdo con simpatía las discusiones con mis amigos sobre las certificaciones dichosas, que no servían para nada, que no sé qué, qué no sé cuántos. Que cada uno piense lo que quiera, a mi me ha ido de lujo toda la vida y gracias a ellas se me han entreabierto muchas puertas que después he tenido que acabar de abrir yo, pero ya tenía ‘el empujón’.

Forges

Bien, ¿por qué todo esto? Porque como becario tuve que tragar mierda. No mucha, la verdad, pero sí una poca. No me pagaban. Me costaba a mí el dinero el transporte, el café y la movida. ¿Quién me va a decir ahora, que no debería haber hecho eso, ahora que me va bien la cosa? ¿Tendría que no haber recibido la ayuda que recibí gracias a mi esfuerzo como becario en más de 3 sitios? ¿Tendría que haber renunciado a esa formación por un sueldo que no existía?

Aquí están los matices. Yo tuve la suerte de trabajar los fines de semana. Me pagaba los gastos de durante la semana trabajando de camarero 15 horas al día.

Pero la cuestión no es esa. La cuestión es que hay jóvenes a los que les gustaría hacer esas prácticas, recibir esa formación, pero no pueden. Tienen que invertir las 40 semanales de trabajo en eso, en trabajar. No todo el mundo puede permitirse tirarse una temporada sin ingresar pasta. Esto pone a la gente con dinero, con posibilidades económicas en ventaja, ya que seguro que podrán mantener unas prácticas no pagadas o mal pagadas, mucho más que una familia que necesita el salario.

La empresa es la empresa, y su objetivo es conseguir el mayor rendimiento posible por el menor coste. El problema es del gobierno.

A mi juicio, no se debería permitir tener becarios sin sueldo o sueldos ínfimos. Por mucho que yo te haya escrito atrás estas líneas, no debería ser así. Yo tuve la suerte de currar de camarero, pero hay otra gente que no puede. Debería ser competencia del gobierno regular estos contratos.

El sistema educativo en España te pone delante de algo parecido a un trabajo, 3 meses al final de la carrera (salvo algunos casos). Esto es de risa. Todo el mundo quiere salir de la carrera con un trabajo, pero realmente no ha trabajado en su vida, y sería lógico que esos primeros años fueran una extensión de la formación en materia de prácticas, pero claro, somos como somos y entendemos que con el título en la mano… ¡ya no hay más que hablar!.

¿Y si la carrera en vez de 4 años fuera de 6, y estos dos años se alternan durante todo el ciclo en materia de prácticas? Seguramente nadie se quejaría, o menos, y se daría por hecho que la formación en el trabajo es parte de la formación curricular.

Lo que está claro es que el gobierno debe regular las prácticas en todos los sectores, y que las habilidades prácticas en las carreras brillan por su ausencia.

 

 

 

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