Este año lo he comenzado con un propósito: cambiar de coche. 13 años, casi 300.000 kilómetros y un enano que no cabe en un coupé cabrio es razón más que suficiente. Así que hago lo que cualquiera de nosotros: me pienso qué modelo de coche me gustaría tener y me meto a Internet. Y empiezo a buscar… Lo primero: si has buscado coche alguna vez en el mercado de segunda mano, te habrás dado cuenta de que hay tanto y tan repetido que es para volverse de verdad loco.
Encontramos varias fuentes de información: las ofertas que publican los concesionarios que tienen web en su sitio y las que se introducen en los sitios de anuncios clasificados, en los que hay de todo mezclado. Para el mismo modelo de coche, mismo año, mismas características y mismo kilometraje te puedes encontrar casi de todo con una diferencia de hasta 10.000 €. Y como la que firma lleva tanto tiempo trabajando en seguridad y ha estudiado muy bien el mercado del fraude online, no se puede evitar ir con la “mosca detrás de la oreja”. Así que, por muy golosa que sea la oferta, en un primer cribado desecho todos aquellos auténticos chollos.
Decido ir a un precio medio para evitar riesgos, y aun así, esto es lo que me ha pasado en cuestión de cuatro días. Son dos ejemplos reales de lo que nos puede suceder a cualquiera de nosotros que decida cambiar de coche, o de casa, o comprar un horno nuevo para sustituir al que tenemos en la cocina.
Primer caso: el falso concesionario
Uno de los anuncios que localizo es de un concesionario que no tiene web y que la única referencia son un par de teléfonos móviles. Y digo concesionario porque se anunciaban como tal. Busco alguna referencia en la red acerca de la marca comercial y no encuentro nada. Y aunque me empiezan a sonar las alarmas, decido llamar porque la oferta merece la pena. Hablo con uno de los socios que me dice que está de vacaciones fuera de Madrid pero que el coche se puede ver y que llame a su otro socio. No me indica exactamente dónde están, salvo que se están cambiando de la zona del Campo de las Naciones a Majadahonda, en Madrid.
Me tasa mi coche sin siquiera verlo, a un precio más que ventajoso. Y me rebaja el precio del coche en 2.000 € sin siquiera pedírselo…
Llamo a su otro socio. Tras varios intentos de llamadas infructuosos, vuelvo a llamar al primero, que me da un tercer número de móvil. Y me indica que insista, porque la cobertura en su oficina no es buena. Y si tienen oficina, ¿por qué no me dan un número fijo? Bueno, yo sigo insistiendo, hasta que consigo hablar con él.
Finalmente cerramos una cita para el fin de semana, por la tarde, ya de noche. Me indica la dirección de una calle en Majadahonda. Cuando llego, me encuentro un centro comercial. Le llamo de nuevo y me indica que tengo que entrar al parking del centro comercial y que están “enfrente” de la entrada.
Sigo sus indicaciones y lo que me encuentro enfrente son dos chavales que no tendrían más de 24 años, vestidos todo de negro, de pie esperando. Ni rastro de ningún tipo de oficina. Nos presentamos, me enseña el coche y vamos a probarlo. Me cuenta que se lo han comprado a la BMW por liquidación de stock de final de año y que se han juntado con muchos coches. Y que se están cambiando porque no caben donde estaban… pero vamos, que es el enésimo cambio que hacen de zona en 2014. También me cuenta que no tienen oficina, que están pensando montar una portátil.
El coche, aunque estaba impecable, estaba totalmente sucio por dentro y por fuera. Además, los kilómetros del anuncio (que venían en foto) no se corresponden con los reales. Me dice que lo tienen desde hace una semana cuando las fotos del anuncio llevan fecha de la cámara de hacía más de un mes. Me enseña el libro de revisiones tan rápido que no me da tiempo a ver los kilómetros que figura en cada una de ellas.
Le pregunto por la garantía del coche, y me dice que tres meses. Cuando le digo que los concesionarios dan un año, me indica que realmente ellos no son concesionario, que el otro socio es autónomo y que, por lo tanto, la garantía es de 90 días. Cuando le pregunto que si hubiera algún inconveniente cómo lo haríamos, me indica que llamando al perito del seguro… ¿? Mis alarmas ya estaban totalmente disparadas, la verdad.
El coche nos gustaba, así que le pregunto cuáles serían los próximos pasos. Me indica que tengo que hacer una transferencia de 300,00 € a la cuenta del banco personal del socio en concepto de señal, y que luego veríamos cómo quedar para el tema del pago del resto. O que se los podía dar en mano en el caso de que tuviese el dinero conmigo. Para el tema de la financiación, me comentó que tardaría en saber si el banco lo aceptaba unos 15 o 20 días. Y luego, entonces, en cuanto el banco le diese el dinero, quedábamos para la entrega del coche.
Bien, me vais a llamar paranoica, pero en ese momento ya no pude más. Sinceramente le comenté que me dedicaba a la seguridad informática y que una de mis especialidades era el fraude online, y que presentarse como un concesionario cuando no lo es y solicitar 300 € para darle a alguien a quien no conocía de nada, sin tener más referencia que un número de móvil que se podía desechar en cualquier momento me sonaba bastante mal.
En ese momento, permitidme la expresión, el chaval “reculó como un campeón” y me dijo que, bueno, que el coche estaba casi vendido y que si me decidía a dar la señal, que antes les llamase por teléfono, no sea que no lo tuvieran ya. Me hizo unas cuantas preguntas tontas sobre el fraude online totalmente improvisadas de esas que en realidad quieren decir “no sé por dónde seguir la conversación” y me despachó rápidamente.
Si os preguntáis si al final compré el coche, la respuesta es negativa. Si os he de ser franca, esperaba alguna llamada por parte de alguien que quiere vender un coche, pero han pasado ya varios días y nada de nada. Lo que no hace sino confirmar mis sospechas. Lo más probable es que sea gente intentando ganarse la vida honradamente, no os digo que no, pero todos los indicios me llevaban a un escenario nada positivo: la pérdida de los 300,00 €. Sí, siempre se puede denunciar si te han estafado, pero espérate a que los trámites den sus frutos.
Y no es demasiado dinero, si pensamos en una inversión de unos 15.000 €, pero 300 míos y de otros que puedan ir cayendo, al final, suma una cantidad nada despreciable.
Puedo equivocarme. Si es así y alguien tiene una experiencia similar, que me la cuente. Pero mis 300,00 € están bien seguros conmigo.
Segundo caso: el envío desde fuera de España
También buscando el mismo coche me encuentro con una ganga, y aunque lo había descartado de primeras, me decido a contactar porque nunca se sabe (la crisis ha propiciado que haya mucha gente que necesita dinero rápido). Así que les envío un email por medio del formulario de la propia página. Y en unos minutos recibo un email con un castellano más que dudoso incluyendo faltas de ortografía:
Cuando entras al link, ves un montón de coches de alta gama, todas las fotos con escenarios diferentes entre sí, y sin más datos ni información. Así que les escribo a la dirección de email proporcionada y me responden rápidamente que el coche está disponible pero fuera de España, y que si me interesa, tengo que depositar vía PayPal o en la web del transportista de logística 1.500 € para el transporte del coche, un típico caso que ya puse como ejemplo en el informe sobre el fraude online en el mercado de segunda mano.
Os dejo por aquí de nuevo el informe para que le echéis un vistazo, porque los fraudes se siguen repitiendo uno detrás de otro, como veis, y de diferentes formas.
Buena semana, ¡trop@!