Recuerdo perfectamente la situación en la que nos encontrábamos los fabricantes de antivirus hace 20 años. No era fácil que las empresas entendieran que es necesario tener una solución de seguridad en los ordenadores. Para ellos los antivirus eran una cosa extraña y poco necesaria.
Los comerciales que vendían antivirus se encontraban en una situación muy difícil, se les veía casi como unos potenciales estafadores que querían asustar a los usuarios para venderles sus productos, casi como los charlatanes del Far West vendiendo crecepelos.
Luego llegó Melissa, I Love You, Sircam, Blaster… y los usuarios se dieron cuenta de que sí, que era necesario proteger los equipos. Y a pesar de todo, muchísimos ordenadores siguen desprotegidos. El «NO-ANTIVIRUSING» se convertirá en un deporte de riesgo, y si no, al tiempo.
Exactamente la misma situación de hace 20 años la he vivido la semana pasada en el Mobile WorldCongress. Ha sido una especie de «déjà vu» tecnológico con los móviles. Si antes no había conciencia de que había que proteger los PC, hoy pasa lo mismo con los móviles. Instalar una solución de seguridad se ve como una cosa rara, como si no hiciera falta.
Y no, no estamos metiendo miedo como pensaban los compradores hace años. Las mismas amenazas que se ciernen sobre un PC están ya revoloteando por encima de los móviles. Y de nuevo salta la frase… «si me infecto, formateo y vuelvo a instalar».
No, señores, no. Ya no es cuestion de que el «Viernes 13» esté en el móvil, estamos hablando de dinero, de muchísimo dinero que circula por nuestro móvil. De contraseñas, de contactos, de documentos o de fotos (preguntémosle a Scarlett Johansson).
Instalar una protección para nuestro Android, nuestro Windows Mobile o nuestro Symbian está al alcance de un solo click.
Fernando de la Cuadra