Si hay algo que diferencia a la Defcon de la mayoría de convenciones de seguridad que se celebran alrededor del mundo es su espíritu. Son ya 21 ediciones celebradas que empezaron como una reunión de apasionados de la informática y que actualmente reúne a millares de apasionados de la informática durante cuatro días en Las Vegas para tratar temas de todo tipo y participar en alguna de las muchas actividades que ofrecen.
Los que hemos tenido la suerte de asistir lo consideramos más como un campamento donde conoces a gente de todo el mundo, descubres nuevas tendencias e investigaciones en alguna de las muchas charlas que se celebran durante buena parte del día, aprendes o perfeccionas tus habilidades en la apertura de cerraduras o el hacking de hardware o participas en alguna de las múltiples actividades lúdicas que se celebran por la noche como múltiples fiestas con actuaciones de djs, proyecciones de películas o concursos de preguntas como el Hacker’s Jeopardy.
Pero sin duda, una de las señas de identidad más características de la Defcon son los Goons. Estos voluntarios están presentes por todo el evento y se encargan de hacer que todo funcione como es debido: gestionan las colas que se forman para asistir a las charlas o comprar material del evento, atienden a los asistentes si tienen alguna consulta o problema, se encargan de que los ponentes tengan todo lo que necesitan antes de cada charla y evitan que se pasen del tiempo asignado, etc. Pero también son los responsables de vigilar que todo se hace según las normas y castigan a todo aquel que las incumple, aunque seas un ponente y estés en medio de una charla. Como ejemplo tenemos este video que nos os hemos traído desde Las Vegas.
Os preguntaréis, ¿qué hizo el pobre hombre para llevarse semejante tunda de palos?, pues nada más y nada menos que incumplir otra tradición de la Defcon, la de beber un vaso de alcohol en medio de tu charla si es la primera vez que asistes a la Defcon como ponente. En el caso de este pobre ponente su error fue no avisar que era su primera vez en la primera charla que dio ese día. Es por ello que tuvo que beber dos veces (y una tercera por voluntad propia) durante su charla una extraña mezcla de bebidas alcohólicas y además recibir varios golpe de remo (tanto él como su novia) de parte de una de las voluntarias.
A pesar de todos estos inconvenientes el ponente consiguió terminar su charla sin problemas y de hecho, fue una de la que más nos gustó ese día y de la que hablaremos en breve. Esperemos que hayáis disfrutado de esta anécdota tanto como nosotros. Por nuestra parte vamos a intentar seguir recuperándonos del jet-lag y trabajar para presentaros toda la información que recopilamos tanto en Black Hat como en Defcon en forma de interesantes artículos en el blog.