En el laboratorio de ESET en Ontinet.com llevamos unos días oyendo como varios medios y blogs (tanto especializados como generalistas) se hacen eco de la noticia que afirma que los envíos de correo basura o spam han sufrido una importante reducción en las últimas semanas. La verdad es que nosotros no hemos notado esa disminución en el volumen de spam que procesan nuestros servidores de correos (si que hemos notado un aumento en los correos que vienen de remitentes asiáticos) pero si tanta gente lo afirma será porque hay algo de verdad en la noticia.
Que el spam es un incordio no lo niega nadie. Todo aquel correo que se haya saltado nuestros filtros antispam supone una pérdida de tiempo al tener que identificarlo y eliminarlo manualmente. Esa pérdida de tiempo multiplicada por todos los empleados que hacen uso de una herramienta como es el correo electrónico suponen perdidas millonarias para las empresas. Además, a nadie le gusta que duden de su virilidad ofreciéndole pastillas de Viagra y sus derivados. Pero además de molestar, el spam tiene su finalidad y es la de hacer ganar dinero a aquellos que se dedican a enviarlo.
Sobre cómo ganar dinero enviando millones de correos por minuto podríamos hablar largo y tendido, pero ahora nos vamos a centrar en un punto que puede hacernos comprender esta relación entre la disminución del envío de spam y unas viejas conocidas como son las botnets. Efectivamente, las botnets son las responsables de la gran mayoría del envío de spam a nivel mundial. Estas legiones de ordenadores zombies no paran de enviar correo no deseado, cambiando la composición del mismo cuando el botmaster o spammer que tiene esa botnet alquilada así lo indica.
¿Y la relación con esta disminución del spam? Bueno, muchas de estas botnets son programadas y gestionadas desde unos países en concreto. Un claro ejemplo es Rusia (y también aquellas republicas ex-sovieticas) que, hasta hace relativamente poco, representaba un auténtico paraíso para todo aquello relacionado con el cibercrimen. No obstante, esa situación está cambiando y las autoridades rusas están emprendiendo una dura campaña contra los ciberdelincuentes, incluyendo spammers y botmasters. La desarticulación de estas redes de ordenadores zombies parecen la mejor teoría para explicar la disminución del spam que recibimos, sobre todo debido a que este ha caído de forma brusca en cortos intervalos de tiempo, motivado por la pérdida de conexión de los ordenadores zombies con los centros de control que los gobiernan.
Existen otras teorías como las que apuntan a un movimiento de los spammers a las redes sociales (cosa que lleva meses produciéndose) o la anulación de campañas de spam no muy exitosas para preparar otras que sí lo sean. De cualquier forma, toda disminución del correo no deseado es una buena noticia para los usuarios aunque, desafortunadamente, no esperamos que esta disminución dure mucho tiempo, sobretodo porque en experiencias pasadas ya vimos que era cuestión de tiempo que los spammers se reorganizasen.
Josep Albors