Entre tanto ciberataque entre naciones, filtraciones en multinacionales y demás ataques informáticos que analizamos cada día, resulta, cuanto menos, divertida la noticia de la que prácticamente todos los medios informativos se hicieron eco ayer al mediodía. Y es que la filtración de casi un centenar de teléfonos de famosos personajes de la vida pública española siempre despierta interés.
Las fuentes que hemos consultado resultan confusas y, mientras algunas apuntan a que estos números salieron de la agenda telefónica del periodista Pipi Estrada, tras acceder sin permiso a su móvil, otras fuentes apuntan a un acceso a un ordenador donde se encontrarían almacenados estos números. El caso es que alguien obtuvo este listado y lo hizo público, propagándose rápidamente entre usuarios que no dudaron en llamar a los teléfonos ocasionando que los afectados recibieran cientos de llamadas de desconocidos.
Este tipo de filtraciones de datos o incidentes de seguridad relacionados con famosos no es nuevo y en este mismo blog ya hemos comentado, por ejemplo, el despiste de la presentadora Paula Vázquez, el secuestro de las cuentas de Twitter de varios futbolistas durante la Supercopa, la publicación accidental de una foto de la mujer de Cañizares desnuda o la difusión del video erótico de la concejala socialista Olvido Hormigos.
Como vemos, tenemos todo tipo de filtraciones indeseadas e incidentes con la privacidad relacionados con los famosos, y es que ellos tampoco dejan de ser usuarios, con la salvedad de que la información que manejan suele ser más interesante para la prensa rosa. Y es que, casi sin darnos cuenta, tanto las redes sociales como los dispositivos móviles contienen mucha más información confidencial de la que nos imaginamos, información que, en malas manos, puede amargarnos la existencia durante un tiempo.
Es por ello que, a pesar de que no seamos famosos, no debemos descuidar nuestra privacidad evitando publicar datos privados que puedan volverse en nuestra contra y proteger nuestro dispositivo móvil para, en caso de pérdida o robo, intentar recuperarlo o, en última instancia, eliminar la información que en él almacenamos.