Las infidelidades y el ciberacoso están, lamentablemente, a la orden del día. La primera, es decir, “ponerle los cuernos a tu pareja” como popularmente se conoce, es ahora mucho más fácil que nunca gracias, sobre todo, a las mil y una redes sociales o foros o chats de “ligoteo” que existen en la Red, que permiten a los infieles fichar a su presa para posteriormente quedar con ella o bien mantener una idílica relación a través de Internet. Y como suele suceder en la vida real, si tu pareja piensa que le estás siendo infiel, pretenderá pillar “in fraganti” a los protagonistas para arreglar o estropear más (nunca se sabe) la situación. Habitualmente, la persecución se hacía en la vida real: espionaje con el coche, en la oficina, mirar el teléfono móvil, espiar la agenda… Pero ahora, bueno, ahora se ha vuelto un pelín más complicado, porque o eres capaz de saber dónde opera tu pareja (en qué portal) y bajo qué nombre, o llegar a pillarla es bastante difícil.
Pero la dificultad en acceder a información comprometida o en descubrir dónde y cómo opera tu pareja, parece que tiene una vía de solución: buscar a alguien dispuesto a conseguirte las contraseñas de acceso al correo electrónico y a las redes sociales de tu pareja. Total, cibercriminales ya hay, los ha habido toda la vida. Además, muchas veces operan solos para conseguir algo suculento que vender, pero también muchas veces trabajan bajo encargo. Hasta ahora habíamos sabido de encargos de empresas (es muy típico el solicitar a alguien que espíe a otras compañías), pero es ahora cuando parece que el usuario final se ha lanzado al mercado ofertando pequeños “trabajitos”.
Y el mercado opera siempre de la misma manera: si hay oferta, habrá demanda.
Así que cuidado con tu pareja, porque si sospecha que puedes estar haciendo algo “ilícito”…, igual tú no lo sabes, pero probablemente está a la caza y captura desesperada por la red de alguien que le ayude a pillarte. No sería la primera (o al primero) a la que se le ha ocurrido ni la última: basta con hacer una simple búsqueda en la Red para averiguar cuántas/os desesperadas/os andan a la caza y captura de algún “alma caritativa” que les ayude a confirmar sus sospechas:
Y el “alma caritativa” no se hace de rogar. Con un español un tanto dudoso (quizá fruto de una traducción automática), los hackers ofrecen, públicamente, sus servicios a un coste moderado pero con garantía de resultados. Y lo hacen sin ningún tipo de pudor, dando solo una dirección de correo electrónico como medio de contacto.
Pero también encontramos otros ejemplos. Esta vez no está relacionado con una infidelidad, sino con un ciberacoso. Y lamentablemente, también tenemos muchos ejemplos a nuestro alcance que encontramos en la Red.
Atónitos nos hemos quedado cuando descubrimos, en un sitio lícito de ofertas de trabajo para freelancers, el siguiente anuncio:
Está dispuesto a pagar hasta 100 € para conseguir ese acceso. Y podrás pensar que es un caso aislado o que se trata de un despistado que no ha atinado bien a la hora de publicarlo. Así que seguimos echando un vistazo y lo siguiente que descubrimos, en el mismo portal de anuncios, es:
Eso sí, en este caso está dispuesto a pagar desde 1.500 a 3.000 € por ese programa capaz de interceptar todas las contraseñas y descifrar cualquier tipo de información codificada.
Probablemente a estas alturas estás pensando lo mismo que nosotros: robar contraseñas de la Red es un delito, tipificado a estas alturas prácticamente en todos los códigos civiles y penales. Por lo tanto, los autores de estos anuncios no solo están incurriendo en una práctica más que dudosa, sino que, además, están incitando a la ciberdelincuencia, por muy lícitas que puedan ser sus intenciones.
Y es que la crisis, las ganas de conseguir dinero y quizá la inexperiencia de algunos cibercriminales les lleva a anunciarse por la Red de forma abierta, como el que pone un súper y ofrece sus 3×2, o como el que anuncia su colección de otoño-invierno. Así que no solo responden a las ofertas de “empleo”, sino que ellos mismos hacen su propia promoción de marketing y ventas.
Este tipo de anuncios se encuentran, mayoritariamente, en foros. Pero no, no te pienses que son foros underground, oscuros, escondidos y hasta tenebrosos, de esos que nada más ver la página te da miedo hacer clic, no sea que te transmitan algún tipo de bomba lógica a través del ratón ;-). No, para nada. La publicidad de este mercado del crimen se exhibe de forma natural en cualquier tipo de foro abierto, público y popular, como este ejemplo:
La prueba que tenemos de que el mercado de la infidelidad está sirviendo de motor al del cibercrimen la encontramos en estos anuncios… “Gracias a nosotros usted podrá: conseguir la clave de su pareja y comprobar una infidelidad”. Lo repiten en diferentes anuncios, en diferentes portales y foros y con diferentes formas de contactar.
Los celos, la rabia, la impotencia y muchas veces las ganas de asesinar a alguien pueden ser sentimientos que probablemente nos asaltarán en algún momento de nuestra vida. Pero así como no es lógico contratar a un matón en la vida real para pegarle un susto a nuestro marido cuando sospechamos que está con una rubia, tampoco lo es contratar a un cibercriminal para que nos consiga datos privados. Y sin ganas de convertirnos en un gabinete de asesoramiento psicológico… ¿no sería más lógico hablar con nuestra pareja abiertamente para intentar solucionar la infidelidad? O… ¿no es mejor utilizar los canales de denuncia que existen para evidenciar el ciberacoso?
Desde luego, pagar a individuos por cometer un cibercrimen no es una práctica nada recomendable, entre otras, porque es muy fácil meterse en un buen lío con las autoridades. Así que… si eres uno de los “mosqueados”, piénsalo bien: ¿seguro que quieres tener acceso a la información de las infidelidades de tu pareja?