El sábado 12 concluyó la quinta edición de Naukas Bilbao, en el que se llegaron a dar 70 charlas sobre otros tantos temas científicos y tecnológicos. Todas ellas en 10 minutos (salvo algunas excepciones de 20 minutos) trataron de acercar al público los más diversos conceptos científicos, todos tratados, como reza el lema de Naukas, bajo la máxima “ciencia, escepticismo y humor”.
Nadie hubiera creído en septiembre de 2011, que la ciencia iba a ser observada con tanta pasión por tantas personas. Nadie habría podido soñar que estábamos siendo observados como se mira un programa de televisión de esos de cotilleos y gritos. Pocos hombres admitían, incluso, la posibilidad de que las charlas sobre ciencia pudieran colapsar un lugar como el paraninfo de la Universidad del País Vasco. Sin embargo, desde el abismo de una sala llena, mentes despiertas dirigían sus miradas hacia un grupo de entusiastas de la divulgación científica. Y lenta, pero inexorablemente, los planes de Naukas fueron un éxito.
¿Cómo es posible que la ciencia despierte el interés de tantísimas personas, cuando en un periódico no ocupa más allá de una columna, cuando las revistas científicas tienen tiradas similares a las revistas internas de un colegio concertado, cuando parece que la inversión en ciencia es un tema que no importa si se recorta?
Naukas, esa plataforma de locos por la divulgación científica lo consigue. Hacer que la mecánica cuántica se entienda si hay una foto de paquirrín se puede conseguir. Descubrir que la evolución de los simios a los humanos es divertida. Enterarnos de por qué la canción del verano es tan pegadiza. E, incluso, descubrir ciertos temas sobre el pene que ni siquiera los portadores del mismo conocíamos.
Naukas Bilbao 2015, como dicen los organizadores, “lo ha petao”. La sala principal se llenó completamente, y obligó a los organizadores a abrir una sala complementaria en la que se podía seguir por streaming lo que ocurría en el paraninfo. Y luego otra sala más. Y otra. Así hasta que incluso la organización descubrió que había espacios que se podían llegar a abarrotar sin que supieran que existían.
Y no podemos olvidar que el interés por la ciencia y la tecnología no es patrimonio de los adultos: Naukas Kids fue un éxito similar. Charlas y experimentos sobre ciencia para los niños, ¿es posible? Sí, lo es, y puedo asegurar que disfrutaron más que pegados a una televisión viendo anuncios o enganchados a una consola.
Como colofón, se entregaron los premios Naukas 2015 a los mejores divulgadores, siendo uno de ellos orgullosamente patrocinado por ESET España. Lo malo es que son solo tres premios, porque todos los que divulgan, enseñan y educan, son merecedores de un premio.
Naukas Bilbao 2015 ya ha terminado, pero lo mejor es que Naukas Bilbao 2016 está en marcha.
Fernando de la Cuadra
@ferdelacuadra