No podemos negar que todo el revuelo armado durante las últimas semanas con las filtraciones realizadas por Edward Snowden acerca de cómo la NSA espía a gobiernos y ciudadanos es una de las noticias más importantes del año. No obstante, no hemos de olvidar que el espionaje no es algo exclusivo del gobierno de los Estados Unidos o de Reino Unido y que todos los países espían en mayor o menor medida a sus ciudadanos o incluso a países aliados.
Es por eso que la gran cantidad de noticias generada por estas filtraciones alcanza ya proporciones considerables y cada día conocemos nuevos de talles de operaciones de espionaje en todo el mundo. Es por eso que creemos importante hacer un resumen de la información relacionada con este tema que hemos ido recopilando en los últimos días.
En las últimas horas hemos conocido, por ejemplo, que, entre la información que guarda Snowden se encuentra el diseño del programa de espionaje de la NSA. De momento, no se ha hecho pública esta información, pero de hacerlo permitiría a todo aquel con acceso a los mismos a evadir este sistema de vigilancia o a intentar imitarlo para su propio beneficio. Es más que probable que aun no se haya hecho pública esta información debido a la petición de asilo que Snowden hizo Rusia y que contempla como condición por parte del gobierno ruso de no revelar más información que dañe la imagen de los Estados Unidos.
Siguiendo con este tema, hace unos días conocíamos, gracias también a las filtraciones de Snowden que Microsoft habría permitido el acceso a la NSA y al FBI a mensajes enviados a través de alguno de sus productos como Skype, Outlook.com o Skydrive. Según las informaciones obtenidas por el periódico británico The Guardian se pudo comprobar Microsoft dio acceso a mensajes cifrados en el chat y correo de Outlook.com (anteriormente Hotmail).
Asimismo, también colaboró con el FBI y NSA para conseguir un acceso a los datos almacenados en SkyDrive, sistema que actualmente cuenta con más de 250 millones de usuarios en todo el mundo. Además, también se recopilaron vídeos y conversaciones mantenidas a través de Skype, sistema de mensajería y videoconferencia adquirido por Microsoft en 2011.
Pero no todos los casos de espionaje descubiertos recientemente tiene a los Estados Unidos como únicos protagonistas. El descubrimiento de un acuerdo secreto entre el FBI, el Departamento de Justicia de los EE.UU. y Telstra, la empresa telefónica más grande de Australia ha revelado que esta última habría estado almacenando grandes cantidades de comunicaciones electrónicas realizada entre países asiáticos y los Estados Unidos, información que podría haber sido analizada por este país.
Este acuerdo garantizaba a las autoridades estadounidenses el acceso a información privada como copia de datos almacenados, registros de llamadas, información de los abonados y sus datos bancarios. Todo esto con la posibilidad de ser almacenado en territorio americano por un espacio de tiempo nunca inferior a 2 años.
Claro que si no se tiene acceso a las comunicaciones privadas de los ciudadanos de esta forma, siempre se puede obtener de forma más directa, tal y como hacen en Reino Unido. Allí, la Policía puede requisar cualquier dispositivo móvil en búsqueda de información sospechosa, según establece una ley antiterrorista. No es ni siquiera necesario tener sospechas fundadas para analizar el dispositivo y la información obtenida se puede retener tanto tiempo como sea necesario.
Con este tipo de casos apareciendo por doquier no es de extrañar que se alcen algunas voces en contra de este tipo de espionaje. Algunas como la de la canciller alemana Angela Merkel no deja de ser un caso paradójico. Por una parte aboga por una mejora en la normativa europea de protección de los datos, así como por un mayor nivel de transparencia por parte de las grandes compañías de Internet como Facebook o Google. No obstante, no olvidamos que su gobierno también utiliza software de monitorización de sus ciudadanos, también conocido como troyano gubernamental.
Así las cosas, está claro que pocos gobiernos (por no decir ninguno) se libran de espiar a sus ciudadanos o a otros países. El problema es que la mayoría de las veces se hace de forma legal para proporcionar una supuesta mayor seguridad. Habría que preguntarse primero si nosotros como ciudadanos estamos dispuestos a renunciar antes a nuestra privacidad por esta supuesta mejora en la seguridad.