Siguiendo con nuestros artículos relacionados con los regalos navideños y cómo debemos utilizarlos para evitar problemas de seguridad y privacidad, hoy analizamos algunos de los regalos estrella durante estas fechas. Estamos hablando de smartphones, tablets y consolas de videojuegos, dispositivos que hacen un uso intensivo de las posibilidades que ofrece su conexión a Internet y fomentan la interacción entre sus usuarios.
Características y particularidades de cada uno
Los smartphones y tablets son dispositivos similares que suelen utilizarse por adultos y menores para consumir contenido multimedia, jugar y, sobre todo, interactuar con otros usuarios a través de aplicaciones de mensajería y redes sociales. Algunos podrían pensar que las consolas de videojuegos no guardan demasiada relación con los smartphones y tablets, pero desde hace ya tiempo estos dispositivos también tienen un fuerte componente social que permite, además de jugar online con otros usuarios, compartir experiencias en forma de capturas de pantalla y enviarse mensajes, entre otros.
Sin embargo, no cabe duda de que los smartphones son los auténticos protagonistas, ya que es el dispositivo que siempre se suele llevar encima y más se utiliza. De entre todas las posibilidades que estos incorporan, sin duda una de las más utilizadas por la mayoría de los usuarios sea la comunicación con nuestros contactos en redes sociales y aplicaciones de mensajería. No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que este tipo de aplicaciones cuentan con un gran poder de atracción y hacen que algunos usuarios pierdan la noción del tiempo cuando las utilizan (independientemente de su edad).
Otro de los usos más comunes es la reproducción de contenido multimedia en plataformas diversas. Estas plataformas pueden tener contenido de todo tipo como Youtube o estar especializadas en cosas más concretas, como pueden ser series o películas en el caso de Netflix o Amazon Prime, o contenido mayoritariamente lúdico como Twitch. Demasiadas veces, cuando el usuario principal de estos dispositivos es un menor (aunque el dispositivo no le pertenezca), este tipo de contenido se utiliza para tenerlo entretenido sin vigilar si es adecuado.
Utilizando el control parental
Precisamente, para intentar evitar que el contenido inadecuado sea accesible por los más vulnerables, la mayoría de dispositivos disponen de algún tipo de control parental e incluso, en el caso de los videojuegos, existe el código PEGI para ayudar a los padres a elegir cuál es el juego más adecuado para sus hijos.
También se puede configurar un horario de uso del dispositivo para evitar sesiones prolongadas que resten tiempo a otras actividades, como el ejercicio físico. En el caso de las consolas de videojuegos, los principales fabricantes hace tiempo que empezaron a aplicar características de control parental para permitir establecer ciertas restricciones tanto de uso como de contenidos.
En lo que respecta a smartphones y tablets, tanto aquellas con sistema operativo Android como las que utilizan iOS de Apple incorporan funciones básicas de control parental para gestionar sus dispositivos. Además, estas funcionalidades pueden ser ampliadas por programas específicos como ESET Parental Control para dispositivos Android.
A pesar de que el control parental es una herramienta muy útil, no hemos de olvidar que solo se trata de una ayuda y que no debe ser utilizado como sustituto de una educación en la prevención de los riesgos de Internet y el mal uso de los dispositivos conectados. Esta educación debería ser proporcionada, en primera instancia, por los padres o tutores, por lo que estos deben ser conscientes de los riesgos existentes y deben informarse de cómo se pueden evitar.
Conclusión
Viendo la cantidad de smartphones, tablets y consolas de videojuegos que se regalan por estas fechas, no es de extrañar que algunos tengan dudas acerca de su funcionamiento o idoneidad para según qué tipos de usuarios. Hay que recordar que, además de las herramientas que hemos comentado en este artículo, se ha de hacer un uso responsable de esta tecnología, y esto empieza con una educación basada en el respeto y la confianza para poder afrontar los retos que el uso de estos dispositivos provoca.