Estimados amigos del blog,
Es normal que cuando uno le dedica muchas horas a un mismo asunto, al final se lleve el trabajo a casa, y en muchas ocasiones a la cama. No es la primera vez que sueño con una configuración que no consigo hacer andar. Otras veces sueño con cualquier cosa relacionada con el trabajo. Otras veces sueño con situaciones que seguramente un psicólogo comprendería a la perfección. Otras veces sueño contigo XD
Hace unas noches me pasó una cosa muy curiosa, y es que soñaba que me hackeaban. En confianza, nunca me había pasado eso, y con vuestro permiso, voy a comentaros un poco lo que soñé, y espero que si hay algún psicólogo en la sala me ayude 🙂
El WiFi
Soñé que iba a dar una charla y que de repente no me iba la presentación. No conseguía manejar el ordenador hasta que apareció un signo de compromiso, no me acuerdo muy bien, como una web que se mofaba de mi o algo así. Supongo que es lógico que sueñe estas cosas, tanta charla para arriba para abajo, la presión seguramente salió en formato de sueño.
Moraleja: cuando vayas a conferencias y eventos de seguridad, o cuando no lo necesites: ¡desactiva el WiFi de tus dispositivos!.
La clave compartida
Otra parte del sueño la pasaba intentando descubrir ansiosamente cómo alguien había entrado en una de mis redes sociales y estaba publicando cosas en mi nombre. ¡Qué ansiedad!. Durante gran parte del sueño lo pasé fatal, pero yo mismo me tranquilizaba ya que nunca REUTILIZO LA MISMA CLAVE PARA DISTINTAS WEB.
Por desgracia es habitual que servicios web que usamos a diario, y que a priori son garantes de la seguridad, se vean comprometidos así como las credenciales de los usuarios.
Moraleja: tener claves distintas para cada servicio sería la medida más relevante a tomar.
La clave perdida
Menuda noche… ¡qué mal lo pasé!. Esta vez me dio virtualmente, o mejor dicho, sonámbulamente, por olvidar la clave. El sueño repetía la jugada de querer entrar a una red social, como si la vida me fuese en ello, y no saber la clave.
Sufría y sufría mientras que intentaba seguir el proceso de recuperación de contraseña, mientras extrañas preguntas de recuperación me venían a la cabeza. ¿Cómo se deletrea el apellido del ex-presidente de California? ¿Cómo se llamaba la mascota de mis padres de recién casados? ¿Cuál es la fecha de mi aniversario? XD
El proceso se repetía agónicamente hasta que creo que me desperté gritando ¡¡no soy un robot!! (o algo así).
Moraleja: no intentes ser un superhéroe memorizando todas tus claves. Usa un gestor de contraseñas que guarda un registro de cuáles usas en cada página o servicio. Si a esto le sumas la posibilidad de ver por fecha cuándo las cambiaste por última vez, podrás seguir un procedimiento para cambiar tus contraseñas cada cierto tiempo.
Como verás, suelo soñar de las cosas más variopintas. Sí, lo sé, ¡soy freak!, pero estarás conmigo que con estos 3 pequeños consejos estamos más seguros.
Anímate a contarnos qué sueñas, ¿relacionado con la seguridad? 🙂
Gracias por leernos,