Viendo lo rápido que se difunde cualquier noticia relacionada con el popular servicio de mensajería, no es de extrañar que los delincuentes vuelvan a utilizar un engaño como es el de la existencia de una supuesta versión premium, gold, VIP o como quieran llamarla de WhatsApp. De hecho, saben de sobra que los cambios en esta aplicación son seguidos por millones de personas y la posibilidad de hacerse con una versión “exclusiva” es algo muy tentador para muchos usuarios.
Ya en 2014 se detectaron las primeras muestras de una aplicación llamada WhatsApp Oro que prometía funcionalidades adicionales inexistentes en la versión oficial por aquel entonces, tales como las llamadas entre usuarios (que finalmente llegó meses después a la aplicación oficial) y que se anunciaban a bombo y platillo como exclusivas de estas versiones premium. Al final, lo único que buscaban los desarrolladores era conseguir que los que mordieran el anzuelo pagaran un plus por algo que no era verdad, y sabemos que no fueron pocos los que cayeron en la trampa.
Otra vuelta de tuerca
Ahora, dos años después, nos volvemos a encontrar con una aplicación que promete nuevas funcionalidades igual que sucedió con el caso anterior. Entre estas falsas funcionalidades exclusivas de esta versión se incluye la posibilidad de las videollamadas (algo que se ha estado rumoreando recientemente), el borrado de mensajes enviados por error o el envío de más de 100 fotografías al mismo tiempo, entre otros.
Estas funcionalidades falsas, junto con el enlace para la descarga de esta versión (ya desactivado), se envían a través de mensajes de WhatsApp entre contactos, creando así una reacción en cadena donde muchos usuarios pueden caer en la trampa al provenir los mensajes normalmente de contactos de confianza.
Una vez instalada la aplicación, lo único que notará el usuario es un cambio de tema en la aplicación, pero no aparecerá ninguna de las funcionalidades exclusivas anunciadas. Probablemente algunos usuarios tarden en darse cuenta, pero la mayoría deberían ser conscientes del engaño en poco tiempo.
A diferencia de variantes anteriores de este engaño, los delincuentes no piden una cantidad de dinero para adquirir esta versión fraudulenta. A cambio, es más que probable que incluyan funcionalidades maliciosas que permitan tomar el control del dispositivo o robar información de este, por lo que no es para nada recomendable tener esta aplicación instalada.
Casos similares anteriores
Este último engaño se ha estado propagando recientemente entre usuarios de India, Pakistán y Brasil, pero no sería raro verlo en otros países en los que, como en España, WhatsApp domina el mercado de la mensajería móvil. De hecho, si echamos la vista atrás, el uso del nombre de WhatsApp ha sido utilizado varias veces para engañar a los usuarios.
Durante el verano de 2013 se popularizó una versión fraudulenta de WhatsApp que decía poder ejecutarse en sistemas de escritorio como Windows. Esto fue meses antes de que WhatsApp ofreciera esta posibilidad de manera oficial, pero muchos usuarios creyeron este bulo y siguieron las instrucciones que les terminaban suscribiendo a sistemas de envío de mensajes SMS de tarificación especial.
Con la misma finalidad se crearon campañas maliciosas para desactivar el doble check azul que tanto dio de que hablar a finales de 2014. Esta funcionalidad fue implementada de forma oficial semanas después de activar esta característica, pero mientras tanto los delincuentes hicieron su agosto prometiendo desactivarla sin éxito y cobrándoselo a los usuarios mediante mensajes premium.
A principios de 2015 y también unos meses antes de que el servicio de llamadas por VoIP entrase en funcionamiento, otros avispados delincuentes crearon un falsos sistema de invitación para probar esta nueva funcionalidad. Al final, el usuario curioso terminaba siendo bombardeado por encuestas de todo tipo y webs de publicidad, pero de la deseada opción de poder llamar a través de WhatsApp, nada de nada.
Conclusiones
Como vemos, la popularidad de una aplicación como WhatsApp es utilizada como gancho por los delincuentes para conseguir algún incauto que caiga en su trampa. El problema es que ya no solo quieren nuestro dinero, sino que la tendencia es a robar los datos personales que almacenamos en nuestros dispositivos móviles, e incluso no descartamos la posibilidad de que en algún momento se utilice un gancho de este tipo para infectar a los usuarios con alguna variante de ransomware para móviles.
Por eso es necesario confiar en las aplicaciones realizadas por los desarrolladores oficiales y descargadas a través de canales confiables, como son las tiendas de aplicaciones autorizadas para cada sistema operativo. No caigamos en la tentación de querer ser más “exclusivos” que nadie y que esto afecte gravemente a nuestra seguridad.