He de confesar que soy de las que me he resistido a utilizar WhatsApp. Veía siempre a mis amigos enganchadísimos a los mensajes y no quería caer en esa esclavitud. Pero al final, hay tecnologías que, por mucho que te resistas, te ves abocado a utilizarlas…, sobre todo cuando no te enteras de las cañitas porque “habíamos quedado por WhatsApp” ;-). Y una vez que lo he probado, he de decir que es comodísimo… y que la tecnología no tiene nada que ver con lo pesados que sean tus amigos.
Pues bien, ahora que la popular aplicación es ampliamente conocida y usada por millones de usuarios, no era de extrañar que fuera utilizada para intentar llevar a cabo timos y engaños… ¡Como siempre! Los cibercriminales siempre están a la orden del día e intentan aprovecharse de nombres y marcas bien conocidos, porque ya llevan parte del trabajo hecho. Y claro… ¿a quién no le molesta estar trabajando en el PC y tener que contestar a un mensaje por el móvil pudiendo hacerlo desde el mismo teclado cómodo y espacioso del ordenador?
Pues eso precisamente es lo que han debido pensar estos señores:
¡Qué bien! ¡Venga! Una aplicación más de escritorio. Le damos al gran botón de “Descargar”. Lo primero que nos encontramos es que, de primeras, se abre una nueva ventana del navegador para solicitar nuestro número de teléfono con el propósito de enviarnos un código de descarga. Mal empezamos…
Pero como ya estamos muy escarmentados en estas lides, nos decantamos por leer antes los “términos y condiciones”. Y en su segunda cláusula, nos cuenta:
Pues pensábamos que WhatsApp era gratis… Veamos por qué conceptos pretenden cobrarnos…
Bien, ya sabemos que tiene gato encerrado. Además de la ventanita de introducción del número de teléfono, se nos abre otra ventana más que nos indica quién es el desarrollador… La verdad, una aplicación creada por “El_Java” seguro que es buenísima, pero no me fiaría yo mucho… Máxime si leemos las instrucciones que vienen justo debajo:
Nos vamos a cotillear las descargas, y el colmo del descaro, nos ofrecen un sitio con links pero además con un banner que anuncia… ¡sí! ¡El WhatsApp espía!
Si le damos a cualquier link de descarga nos pide el número. Si le damos al banner del espía… ¿a que no sabéis con qué nos sale? ¡Nos pide el teléfono!
Y vuelta a empezar… Si el anterior decía ser una empresa basada en Cataluña, esta es una holandesa… que cobra exactamente por lo mismo:
No dudamos de que en algún caso una de estas aplicaciones lleguen a funcionar, pero lo que está claro es que su principal objetivo no es darnos un servicio, sino suscribirnos a servicios de suscripción Premium para sacarnos el dinero. Imaginaos 6 € al mes por… ¿1.000 víctimas? Vayan ustedes multiplicando. De hecho, el negocio debe de dar muchos beneficios, porque incluso se permiten el lujo de lanzar campañas a través de redes sociales como Facebook, por ejemplo. La página no está activa en este momento, pero seguramente en cuestión de días comenzarán a salir otras que promueven lo mismo:
Las que prometen espiar las conversaciones de nuestros amigos tampoco funcionan, además de que interceptar conversaciones privadas y ajenas es un delito, por mucho que sospechemos que nuestra pareja tiene “amig@s” íntimos.
Así que, sea como sea, nuestro consejo es que evitéis hacer clic en este tipo de reclamos. Pero si lo hacéis, desconfiad en el momento en el que os soliciten el número de teléfono, porque algo irregular van a intentar colarte como sea.
Feliz semana, ¡trop@!