Tras más de 10 años desde su publicación el 22 de octubre de 2009, Windows 7 dejará de tener soporte el próximo martes 14 de enero de 2020. Esto significa que ya no se publicarán más actualizaciones de seguridad para este sistema operativo y, aunque hace años que ya se sabía este hecho, parece que aún quedan muchas empresas y usuarios que no están del todo preparados para afrontar los riesgos que supone estar usando un sistema operativo sin soporte.
Crónica de una finalización de soporte anunciada
En enero de 2015, hace ahora 5 años, Microsoft anunció que terminaba con el soporte técnico principal de Windows 7 y se pasaba al soporte extendido. Esto significaba que este sistema operativo tan solo recibiría actualizaciones de seguridad durante otros cinco años, en lo que se conoce como periodo de soporte extendido. Tal y como vemos en la siguiente tabla, ese soporte expira en apenas unos días; a partir de ese momento Windows 7 (y otros productos de Microsoft) se queda sin soporte y, por tanto, expuesto a nuevas vulnerabilidades que no recibirán parches de seguridad y podrán ser aprovechadas por los delincuentes.
Esta es la situación en la que se encontrarán la gran mayoría de usuarios y empresas que aún siguen utilizando este sistema operativo, quedando como únicos receptores de futuras actualizaciones de seguridad aquellas empresas que tengan contratado el programa extendido de actualizaciones de seguridad hasta 2023, una opción de pago disponible solo para empresas.
Como es lógico, esto deja en grave riesgo a todos aquellos que no hayan migrado en esa fecha a Windows 10, puesto que los agujeros de seguridad que vayan apareciendo no serán parcheados a menos, claro está, que Microsoft decida publicar una actualización como la que lanzó el año pasado para Windows XP y otros sistemas sin soporte desde hacía tiempo y que solucionaba un fallo grave en el protocolo RDP.
Panorama actual de Windows 7
A pesar de tratarse de un sistema con más de 10 años a sus espaldas y de haberse avisado con bastantes años de antelación sobre la finalización de su soporte, Windows 7 sigue estando presente en muchas empresas y en los equipos de usuarios particulares. Si nos fijamos en la información proporcionada por Statcounter veremos como Windows 7 aún representa el 26,79% de los sistemas Windows instalados.
Con esta todavía elevada cuota de mercado, solo por detrás de Windows 10, no es de extrañar que haya temores de que millones de equipos con Windows 7 puedan ser víctimas de algunas de las vulnerabilidades futuras que no serán solucionadas. Por ese motivo se ha estado haciendo hincapié por parte de Microsoft durante los últimos meses para que los usuarios miguen hacia Windows 10, con avisos y ventanas de alerta mostrándose cada cierto tiempo.
El problema es que la actualización a Windows 10 tiene un coste, tanto económico como en horas de trabajo, y si bien para un usuario particular este coste puede llegar a ser asumible, cambiar el sistema operativo de cientos, cuando no miles, de puestos de trabajo es una tarea que no se puede tomar a la ligera. Todo eso sin tener en cuenta que es probable que algunas aplicaciones no funcionen correctamente con Windows 10, obligando a muchas empresas a tener que postergar esta migración más tiempo de lo que sería recomendable.
¿Es seguro usar Windows 7 si tengo un antivirus instalado?
Algunos usuarios se realizan esta pregunta, algo que ya se planteó cuando terminó el soporte extendido para Windows XP, para ver si pueden seguir usando Windows 7 durante cierto tiempo, confiando en que su solución de seguridad supla la carencia de parches de Microsoft. Lo cierto es que, desde el fin del soporte a Windows XP hasta hoy en día, el mundo de los antivirus ha cambiado mucho y ya integran una serie de capas de seguridad que ayudan a proteger el sistema, incluso de exploits que intenten aprovecharse de vulnerabilidades conocidas pero no solucionadas.
La utilización de una solución de seguridad moderna y actualizada puede ayudar a mitigar los efectos negativos de no contar con soporte por parte del desarrollador del sistema operativo. Especialmente útiles son aquellas capas que permiten bloquear exploits conocidos de forma automática y de detectar amenazas por su comportamiento.
Sin embargo, hay dos puntos críticos que debemos tener en cuenta si vamos a seguir usando Windows 7 durante un tiempo más. El primero es que la solución de seguridad debe estar actualizada a su versión más reciente para que proporcione la mejor protección posible frente a las amenazas que intente aprovecharse de los agujeros de seguridad que vayan apareciendo.
Además, hemos de ser muy conscientes de que, por muy buena que sea esta solución de seguridad, tiene unos límites, por lo que la migración a una versión más moderna y con soporte del sistema operativo no debe retrasarse innecesariamente. Precisamente, la falsa sensación de seguridad es uno de los principales motivos por los que los ciberataques tienen éxito, ya que hacen bajar la guardia de las víctimas.
Es aconsejable que los usuarios de las soluciones ESET revisen que tienen instalada la última versión de su antivirus, tanto los usuarios domésticos como los corporativos.
Conclusión
El fin del soporte para Windows 7 y las consecuencias negativas en materia de seguridad que esto puede provocar a los usuarios que aún lo utilizan es un recordatorio para destacar la importancia que tienen las actualizaciones periódicas de seguridad. Ya sean actualizaciones para el sistema operativo o para las aplicaciones que usamos a diario, siempre es importante instalarlas lo antes posible para evitar serios problemas.