Cuando pensamos en los problemas de salud mental relacionados con la actividad online, sobre todo entre niños y adolescentes, es posible que el ciberacoso sea el primero que se nos viene a la cabeza, pero hay otro peligro inminente al que debemos prestar atención: el acceso a la información a través de los buscadores.
Por supuesto, los motores de búsqueda no son intrínsecamente malos, pero hay razones para ser precavidos. Aunque hemos asistido a grandes saltos en su desarrollo y funcionalidades, ¿hemos comprendido, como usuarios de la tecnología, los riesgos que los acompañan? Desde ESET hacemos un llamamiento sobre esos peligros, y para ello, hacemos un repaso sobre la evolución de los buscadores.
Los buscadores y sus algoritmos
Los primeros buscadores de la web se construyeron en los años 90, tras la exitosa propuesta de Tim Berners-Lee para la World Wide Web. Con el tiempo, los motores de búsqueda se han vuelto aún más sofisticados y elaborados, adaptándose también a los dispositivos móviles. Los usuarios, muchos de ellos niños y adolescentes, tienen toda la web a su disposición a todo momento, lo que significa que la posibilidad de acceder o recibir contenidos inapropiados o perjudiciales sea cada vez mayor.
Internet es un lugar expansivo que da a varios grupos y comunidades la oportunidad de reunirse y aumentar su influencia para bien y para mal. Por ello, los contenidos peligrosos están cada vez más presentes y al alcance de todos en las redes sociales, los foros online, las páginas web y los anuncios. Además, para servir mejor a los usuarios, tanto los motores de búsqueda como las redes sociales empezaron a utilizar la búsqueda predictiva y ya trabajan con herramientas para monetizarla. En este sentido, los algoritmos aprovechados por los buscadores empezaron no solo a localizar contenidos, sino también a sugerirlos.
Paradójicamente, aunque una de las áreas más vanguardistas de la informática esté relacionada con los algoritmos de los buscadores, algunos de los problemas más preocupantes tienen su origen en ellos. Con el constante uso de los motores de búsqueda a diario, su diseño ha evolucionado en torno al Deep Learning, la localización y una mayor potencia de procesamiento de datos. Por ello, las grandes plataformas sociales y los principales motores de búsqueda emplean esta tecnología para obtener beneficios a través de los anuncios, pero también para «alimentar» a los usuarios con contenidos que tienen el potencial de ampliar (artificialmente) sus intereses. Esto puede ser especialmente problemático para los niños y los jóvenes, cuyos intereses y personalidades pueden no haberse formado del todo. Este patrón también abre a los niños y sus intereses para la monetización inmediata y futura.
El peligro de las búsquedas en Internet
Los padres y los educadores deben ser conscientes de los peligros que aguardan a los menores en Internet y estar lo suficientemente formados para ayudarles. Para destacar la correlación directa que existe entre la búsqueda basada en el comportamiento y los resultados obtenidos, pensemos en la facilidad con la que un vídeo de «Lo que como en un día» puede llevarte a un foro en línea pro-ana (pro-anorexia), a un tablón de mensajes de thinspiration (inspiración para la delgadez) o incluso a un hilo lleno de consejos sobre autolesiones u otros contenidos explícitos.
“Los problemas sociales y la tecnología han evolucionado hasta un punto en el que detenerlos es una tarea difícil. Los algoritmos trabajan incansablemente para ofrecer a los usuarios contenidos que calculan que pueden disfrutar e interactuar con ellos. Por lo tanto, tenemos que hacer todo lo que esté en nuestras manos para proteger a los niños, a los menores y a nosotros mismos”, declara Josep Albors, Director de Investigación y Concienciación de ESET España.
Cómo proteger a los menores del peligro de los algoritmos en Internet
Es natural que los niños quieran pasar tiempo en Internet, pero no deben estar totalmente sin supervisión. Una gran herramienta para ayudar a los padres a vigilar el comportamiento de su hijo en Internet es el control parental. Además de limitar el tiempo que su hijo puede acceder a ciertas aplicaciones y sitios web, también puede bloquear tipos de contenido y URLs específicas tanto para PC como para dispositivos móviles.
Una de las mejores funciones de ESET Parental Control, que se encuentra dentro de ESET Smart Security Premium, es Web Guard. Dado que los sitios web pueden clasificarse según palabras clave, Web Guard bloquea las categorías que considera inapropiadas para el grupo de edad de su hijo. Por supuesto, los sitios para adultos con pornografía y juegos de azar están bloqueados para todos los grupos de edad. Para los dispositivos Android, existe incluso una función de búsqueda segura que filtra los resultados de los motores de búsqueda para que no tengas que preocuparte de que los buscadores sugieran contenidos inapropiados. También se puede crear una lista negra manual de sitios web y aplicaciones que consideres inapropiados para tu hijo – lo mismo se aplica a las listas blancas de recursos apropiados.
Independientemente de que un padre/madre empiece a utilizar el control parental, queda una tarea aún más importante: educarse sobre los contenidos que hay en la red y mantener conversaciones periódicas con sus hijos sobre el mundo online y offline.
“Hablar con los hijos es una de las mejores herramientas que puedes darles para protegerse. La educación sobre cualquier tema debe comenzar en la familia, y eso es especialmente cierto para los temas personales y privados y nuestra actividad online. Los niños y los menores merecen ser tratados con respeto y ser educados sobre las decisiones que tomamos sobre o para ellos”, concluye Josep Albors.
Para saber más sobre la seguridad de los niños en Internet, visita https://saferkidsonline.eset.com/es.