La semana pasada se celebraba la Semana de la Privacidad de Datos, una campaña de concienciación para recordarnos que cualquiera de nuestras actividades online genera un rastro de datos y que, por tanto, necesitamos gestionar mejor nuestra información personal en Internet.
Actualmente la digitalización forma parte de nuestro día a día llegando a copar aspectos como la socialización mediante redes sociales, la comunicación por correo electrónico, el uso de motores de búsqueda, herramientas de mensajería y videoconferencia y, además, el consumo de contenidos a través de servicios de streaming. Sin embargo, las organizaciones con las que interactuamos solicitan información como el nombre de usuario, los datos de contacto, la ubicación e incluso el historial de navegación para mantener la seguridad de tus cuentas, ofrecer experiencias más personalizadas y monetizar su relación contigo.
Por eso, desde ESET, compañía líder en ciberseguridad, subrayamos la importancia de limitar el volumen de información que compartimos, así como de limitar las publicaciones online para mitigar cualquier riesgo que pueda impactar en la seguridad y la privacidad.
“La cantidad ingente de aplicaciones y sitios web en los que compartimos información personal conlleva una mayor exposición de nuestros datos y la posibilidad de que acaben siendo vulnerados si una de esas empresas se ve comprometida o si eres objetivo directo de los ciberdelincuentes. También hay más posibilidades de que tu información de navegación y de otro tipo se comparta con anunciantes y otras empresas. Y, por supuesto, ten en cuenta que, si publicas contenido privado en las redes sociales, puedes estar invitando al mundo entero a conocer aspectos de tu vida diaria”, destaca Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España. “Esto no sólo pone en peligro tu seguridad personal y tu privacidad. Si utilizas un dispositivo de trabajo o compartes información corporativa sin saberlo, también puede suponer una amenaza para tu empresa, lo que aumenta aún más el riesgo. Incluso algo bastante sencillo, como el nombre de una mascota o detalles de tu puesto de trabajo actual, podría ser utilizado por ciberdelincuentes para intentar comprometer cuentas online o personalizar ataques de phishing para obtener información aún más sensible”, recalca.
Y es que, restringir lo que se publica y comparte en Internet cobra mayor importancia en un contexto digital cada vez más poblado por ciberdelincuentes e intermediarios de datos. Pero con tanta información dispersa en tantos sitios web, cuentas y dispositivos, puede ser difícil saber por dónde empezar. Para ello, en ESET destacamos los principales pasos que debes seguir para limitar tu huella digital:
- Descargar menos aplicaciones
Las aplicaciones móviles a menudo requieren que los usuarios introduzcan una cantidad significativa de información personal y/o financiera para funcionar como está previsto. También pueden rastrear la ubicación, la actividad de navegación y otras informaciones que luego se comparten con terceros. Es, por tanto, lógico pensar que cuantas menos aplicaciones utilices, menos expuesta estará tu información. Tu impulso, por defecto, no debe ser descargar primero y preguntar después, sino todo lo contrario. Investiga antes de decidir si es algo que realmente necesitas. Es importante, además, hacer regularmente una limpieza en tus dispositivos para eliminar cualquier aplicación que no hayas utilizado en un tiempo. De paso, comprueba los permisos de las aplicaciones que decidas conservar.
- Crear menos cuentas en Internet y limpiar las existentes
Las empresas no sólo buscan clientes, también su fidelidad. Por eso muchas te empujarán a crear cuentas y compartir así información a la que puedan sacar algún beneficio. Puede ser cualquier cosa, desde una tienda de comercio electrónico hasta una web de medios de comunicación. Resiste la tentación, aunque eso signifique que la próxima vez que visites un sitio web no se hayan guardado tus datos de pago. Un pequeño inconveniente suele ser el precio que pagamos por una mayor privacidad y seguridad. Si a lo largo de los años has creado cuentas online que ya no necesitas ni utilizas, ciérralas.
- Extremar las precauciones para no compartir datos sensibles
A veces es inevitable compartir información para conseguir los bienes o servicios que deseas, pero debemos tener cuidado. A menos que sea estrictamente necesario, no compartas datos como números de teléfono, direcciones de correo electrónico y de tu domicilio, detalles financieros y números de la seguridad social, muy solicitados por la ciberdelincuencia clandestina. Los correos electrónicos y los números de teléfono pueden utilizarse, por ejemplo, para enviar mensajes de phishing a los destinatarios. Utiliza cuentas de invitado al comprar online para reducir aún más el riesgo.
- Reflexionar antes de compartir en las redes sociales
Las redes sociales son como un altavoz digital. A muchos de nosotros nos gusta el contenido que compartimos y es prácticamente imposible eliminarlo o retractarse de él una vez que está en el dominio digital. Por eso es importante considerar primero cómo pueden percibir este contenido otras personas y posibles empleadores o si contiene información sensible sobre trabajo y vida personal. Considera también la posibilidad de limitar tu perfil a tus amigos/contactos online y no añadir a nadie que no conozcas en la vida real. Revisa las preferencias de privacidad y ten en cuenta que cualquier contacto no solicitado puede ser fraudulento.
- Ejercer el derecho al olvido
Para los ciudadanos de algunas partes del mundo, incluida la Unión Europea, los reguladores han creado nuevas vías para que los titulares de los datos eliminen la información que consideren de determinadas ubicaciones online. El llamado «derecho al olvido» fue introducido por primera vez por el GDPR de la UE. Para ello, busca tu nombre en Internet para ver qué información encuentras y ponte en contacto directamente con los propietarios de las páginas web para solicitar que la eliminen. A continuación, ponte en contacto con motores de búsqueda como Google para hacer lo mismo.
- No compartir la ubicación
Una de las formas más intrusivas a la hora de capturar datos es la que rastrea la ubicación. Usándola, terceros pueden hacerse una idea muy precisa de tus movimientos y hábitos diarios. Esto no solo pone en peligro tu privacidad digital, sino también tu seguridad física. Asegúrate de impedir que las aplicaciones rastreen tu ubicación.
- No ceder datos a encuestas online
Internet está plagado de concursos y ofertas de premios, a menudo a cambio de completar encuestas online o similares. Algunas son campañas de marketing apenas disimuladas para crear listas de contactos y otras pueden ser auténticas actividades delictivas diseñadas para robar tu información personal y utilizarla en campañas de phishing o para venderla en la web oscura.
- Ser cuidoso con los boletines
Las marcas online están muy interesadas en los boletines digitales. Creen que les permite comunicarse directamente con sus clientes y ofrecerles contenidos y promociones personalizados. Pero para muchos de nosotros, los boletines online no hacen más que atascar nuestra bandeja de entrada. Resiste la tentación de suscribirte y, si lo prefieres, utiliza una dirección de correo electrónico exclusiva para estos fines o una cuenta de correo electrónico desechable, sobre todo si te suscribes a algo que sólo piensas utilizar una vez.
- Desactivar las cookies de terceros
Las cookies son pequeños archivos que se descargan en tu ordenador o dispositivo cuando visitas un sitio web. Los propietarios de las páginas las utilizan para elaborar un perfil de los visitantes y guardar sus preferencias para futuras visitas. Aunque esto puede mejorar la experiencia de navegación, muchos preferiríamos no compartir este tipo de información, que puede incluir nombres de usuario y contraseñas. Si se te presenta la opción al visitar un sitio web, simplemente rechaza las cookies. También puedes desactivar el rastreo de terceros accediendo a la configuración de privacidad de tu navegador.
- Limitar el número de dispositivos que utiliza
Por último, considera cuántos dispositivos y ordenadores personales tienes en uso activo. Cada uno de ellos es un potencial de datos que podría quedar expuesto en caso de pérdida o robo del dispositivo.