La publicación de noticias relacionadas con el caso más reciente de espionaje gubernamental a ciudadanos de todo el mundo siguen sorprendiéndonos con nuevas informaciones a cada cual más preocupante. Nuevos documentos publicados por el periódico británico The Guardian demuestran que aquellos ciudadanos que toman precauciones extras a la hora de cifrar sus datos o comunicaciones son sometidos a una vigilancia adicional, independientemente de que sean estadounidenses o extranjeros.
Esto contradice la información que conocíamos hasta ahora donde se indicaba que el espionaje “tan solo” se producía a ciudadanos no estadounidenses fuera Estados Unidos. Por lo visto, la NSA puede realizar excepciones como la aplicada para retener y analizar información cifrada sin tener en cuenta la nacionalidad del ciudadano. Esta información podría ser almacenada tanto tiempo como sea necesario para poder descifrarla.
¿Y esto en la práctica qué significa? Pues, básicamente, que si te preocupas de mantener tu información a salvo en caso de pérdida o robo de tus dispositivos o unidades de almacenamiento, eres un sospechoso o potencial amenaza a ojos de organizaciones como la NSA.
De hecho, en los últimos meses (y especialmente desde que se destapó este escándalo) se ha notado un incremento en la descarga y uso de herramientas de cifrado gratuitas como True Crypt o las que incorporan de serie algunos sistemas operativos, como Bitlocker en Windows o FileVault en Mac. Asimismo, el uso de redes Tor, que permiten las comunicaciones anónimas a la hora de navegar por Internet, también está experimentando un incremento en su uso.
Algunos usuarios pueden pensar que estas medidas son lógicas si se pretenden evitar ataques terroristas o capturar a todo tipo de ciberdelincuentes que, en algunos casos, utilizan estas herramientas para evitar dejar rastro que los delaten. No obstante, el cifrado de datos y de la información que transmitimos resulta esencial para buena parte de los que utilizamos Internet a diario o almacenamos información confidencial en nuestros dispositivos.
Este tipo de noticias hacen que resulte paradójico que por una parte se nos recomiende cuidar nuestra privacidad ,pero por la otra se nos señale como sospechosos o potenciales amenazas contra la seguridad. Nosotros siempre recomendaremos anteponer la seguridad de nuestras comunicaciones e información, puesto que es mucho más probable que alguien nos robe nuestro teléfono móvil o portátil (o espíen nuestras comunicaciones cuando nos conectamos a una red insegura) a que un agente federal de los Estados Unidos nos pida amablemente que le proporcionemos la contraseña de acceso a nuestro sistema.