¿Qué está pasando con las criptomonedas?

Durante las últimas semanas hemos visto varias noticias que tenían como protagonistas a las conocidas como monedas criptográficas. Por desgracia para los poseedores de estas monedas, la mayoría de estas noticias hablaban de robos o casos de phishing aprovechando la popularidad con la que cuentan actualmente. Sin embargo, a la mayoría de usuarios todo esto aún les suena a chino, por lo que mejor empezar por el principio.

¿Qué son las monedas criptográficas y el blockchain?

Según todo un referente en nuestro país sobre este tema, como es Pablo Fernández Burgueño (jurista especializado en ciberseguridad y derecho del entretenimiento): “Una criptomoneda es una moneda virtual que actúa como dinero en efectivo en Internet. Esta moneda se transmite de persona a persona, a través de sistemas P2P, sin más intermediarios que los servidores (o mineros) que apuntan la transacción en un libro contable distribuido, denominado cadena de bloques pública o blockchain”.

Criptomonedas como Bitcoin, Ethereum y similares son una variante de moneda digital, basadas en la criptografía, que no tiene representación física, sino que se crea y almacena de forma electrónica. Estas monedas digitales se engloban a su vez en lo que se conoce como monedas virtuales, que se caracterizan por ser un tipo de dinero que se emite de forma digital y que, normalmente, está controlado por sus desarrolladores y es utilizado por los miembros de una comunidad virtual específica.

Los usuarios que forman parte de estos sistemas monetarios, que no están gestionados por empresas o estados, no tienen la necesidad de identificarse, lo que les permite disfrutar de un mayor grado de privacidad o, incluso, anonimato en sus transacciones.

También hay que destacar que las criptomonedas, al apoyarse en las matemáticas para su generación e intercambio, no están vinculadas a referentes usados por las monedas tradicionales, como el oro. Precisamente, una de las particularidades de este tipo de monedas es que cualquiera con una capacidad de cálculo aceptable como la que proporcionan las tarjetas gráficas y microprocesadores actuales de gama media-alta puede empezar a generarlas en un proceso que se conoce como minería.

La forma de gestionar las transacciones también es particular y es algo que ha despertado más interés incluso que las propias criptomonedas, principalmente por las múltiples aplicaciones en las que se puede utilizar. Este registro de contabilidad público conocido como blockchain o cadena de bloques anota todas y cada una de las operaciones realizadas pero manteniendo siempre el anonimato de sus usuarios.

Popularización e incidentes recientes

Aunque Bitcoin fuera la primera moneda criptográfica en aparecer (2009) y sentara las bases para todas las que vinieron después, actualmente existen muchas otras disponibles. Una de las monedas que más ha captado la atención de los usuarios recientemente es Ethereum, que en los últimos meses ha visto cómo su valor aumentaba considerablemente para, en fechas más recientes, volver a bajar de valor y estabilizarse.

 

Si nos fijamos en la gráfica, hasta mediados de marzo de este año el valor de Ethereum estaba bastante bajo, pero fue a partir de esa fecha cuando empezó a subir de forma vertiginosa hasta alcanzar los 400 dólares a mediados de junio. Esta escalada de valor fue provocada por el interés de grupos de mineros que empezaron a invertir en equipos con tarjetas gráficas potentes (y provocando de paso escasez en el mercado) para realizar la minería, no solo de Ethereum, sino también de otras monedas como ZCash.

No obstante, esta llegada repentina de una gran cantidad de mineros ha hecho que, paradójicamente, la dificultad para generar estas monedas aumente y no son pocos los que están vendiendo el equipamiento adquirido recientemente para tratar de recuperar lo invertido o, al menos, no salir perdiendo en exceso.

Por si fuera poco, se han producido varios incidentes en los que Ethereum se ha visto implicado que han hecho cundir el pánico entre varios mineros, provocando, de paso, que su valor se reduzca considerablemente con respecto a los máximos que consiguió a mediados de junio.

Uno de los incidentes más curiosos fue el robo de 7,4 millones de dólares en monedas criptográficas del pasado lunes 17 de julio aprovechando que CoinDash, una startup de Israel, lanzó una operación de financiación de proyectos con la finalidad de recaudar fondos, fondos que todo el que quisiera apoyar a la empresa podía ingresar enviando sus Ethereums a una dirección en concreto.

Al parecer, alguien que conocía que esa operación iba a producirse modificó la dirección a la que los usuarios enviaban sus monedas criptográficas y la cambió por la suya propia, haciéndose con un botín más que apetecible en muy breve espacio de tiempo.

Pero si esta cantidad no es para nada despreciable, la verdad es que palidece frente al robo de los casi 32 millones de dólares en monedas criptográficas que un atacante consiguió este miércoles 19 de julio, aprovechándose de una vulnerabilidad crítica en un cliente de ethereum conocido como Parity.

Y es que muchos de los usuarios que han mostrado interés en las monedas criptográficas durante los últimos meses no se han molestado ni en la optimización de sus sistemas de minado (y por eso mismo, obteniendo mucho menos rendimiento del esperado) ni en almacenar de forma segura lo conseguido, lo que ha provocado el aumento del malware que busca robar dinero de las carteras donde se almacenan estas monedas o, directamente, infectar sistemas para aprovechar sus recursos y transformarlos en máquinas de minería.

Conclusión

No cabe duda de que nos encontramos en una época de lo más interesante en lo que a monedas criptográficas se refiere, más aun si tenemos en cuenta el importante cambio que está por venir el próximo mes de agosto en la pionera de todas ellas, el Bitcoin.

Sin embargo, los delincuentes también están al tanto y no solo usan estas monedas para tratar de camuflar sus operaciones delictivas, sino que también tienen a los mineros y otros usuarios (como los gamers por los PCs potentes que suelen utilizar) en su punto de mira. Es importante pues que si tenemos interés de adentrarnos en este mundo, lo hagamos de forma segura e informándonos de todos los riesgos y precauciones a adoptar.

Josep Albors

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