El ransomware continúa siendo una de las principales amenazas para las organizaciones de todo el mundo, independientemente de su tamaño o sector. Según el informe “Data Breach Investigations Report 2024” de Verizon, un tercio de todas las filtraciones de datos involucran ransomware u otras técnicas de extorsión. El impacto de estos ataques no solo afecta a los sistemas, sino que amenaza directamente la continuidad del negocio, la reputación y la estabilidad financiera de las empresas.
Ante este escenario, desde ESET, compañía líder en ciberseguridad, subrayamos que la resiliencia digital se ha convertido en un factor determinante para la supervivencia empresarial. “Muchas organizaciones tienen un plan de seguridad… hasta que el ransomware golpea. Es entonces cuando se pone a prueba su capacidad real de reacción. En un entorno donde el ransomware puede paralizar por completo una organización en cuestión de horas, la capacidad de anticiparse y responder con eficacia marca la diferencia entre recuperarse o desaparecer”, explica Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España.
Casos como el del ataque a Kaseya en 2021, que comprometió a cientos de organizaciones mediante una vulnerabilidad en la cadena de suministro, demuestran el alcance devastador que puede tener un incidente de estas características. Y aunque las noticias suelen centrarse en el importe de los rescates exigidos por los ciberdelincuentes, los costes ocultos derivados del daño reputacional, la interrupción del negocio o la filtración de datos son igualmente críticos.
El coste oculto del caos
Más allá de las demandas de rescate, el verdadero impacto del ransomware se mide por los daños operativos, financieros y humanos. Según el informe de IBM “Cost of a Data Breach Report 2024“, el coste medio de recuperación tras un ataque de este tipo asciende a 5 millones de dólares, una cifra que subraya la necesidad de contar con soluciones que combinen prevención y capacidad de respuesta inmediata.
“Cuando una empresa sufre un ataque de ransomware, no solo se enfrenta al cifrado de sus datos. También debe gestionar la paralización de sus servicios, la pérdida de ingresos y la posible filtración de información confidencial. En muchos casos, recuperar la normalidad lleva semanas o incluso meses”, añade Albors.
Las soluciones tradicionales para hacer frente al ransomware, como la restauración desde copias de seguridad o el uso de herramientas de descifrado, no siempre resultan eficaces. Los ciberdelincuentes, cada vez más sofisticados, suelen comprometer también los sistemas de respaldo antes de desplegar el ataque, lo que deja a las organizaciones sin una vía clara de recuperación. Además, desde ESET advertimos que el pago del rescate no garantiza la recuperación de los datos y puede acarrear consecuencias legales, éticas y operativas, agravando aún más la situación.
Una nueva estrategia: prevención y respuesta en tiempo real
Frente a este escenario, desde ESET proponemos una estrategia innovadora con la solución Ransomware Remediation: una herramienta que actúa de forma proactiva en el momento en que detecta una posible amenaza, creando copias de seguridad selectivas de archivos que quedan protegidas frente a accesos no autorizados. Con esta nueva solución, las organizaciones disponen de un “salvavidas digital” incluso si los atacantes consiguen comprometer los sistemas de respaldo tradicionales.
"Con ESET Ransomware Remediation, evitamos depender exclusivamente de sistemas de respaldo que podrían estar ya comprometidos", destaca Albors. "Es una forma de asegurar una recuperación rápida sin ceder al chantaje, y de transformar una situación crítica en una oportunidad para reforzar la resiliencia de la empresa".
En un entorno digital cada vez más complejo y amenazado por ciberataques en constante evolución, desde ESET subrayamos la importancia de integrar la resiliencia digital como un pilar estratégico en las organizaciones. Estar preparados para lo inesperado, tanto desde la prevención como desde la capacidad de respuesta, no solo permite garantizar la continuidad del negocio, sino que puede convertirse en una auténtica ventaja competitiva en el actual panorama empresarial.