El robo de datos personales en línea es cada vez más común en un mundo extremamente digitalizado. Y aunque muchos de nosotros somos cada vez más prudentes a la hora de proteger nuestra información personal en Internet, ¿podemos decir lo mismo de los datos de nuestros hijos?
La demanda de información personal de los niños y el robo de identidad infantil es una peligrosa realidad. ESET, compañía líder en ciberseguridad, explica que los ciberdelincuentes utilizan los datos de identidad de los menores para muchos fines, como la apertura de cuentas bancarias, utilizadas en blanqueo de capitales y estafas, la solicitud de tarjetas de crédito a su nombre o la obtención fraudulenta de prestaciones sociales y préstamos.
“Puede que pienses que la información sobre tus hijos no tenga la misma relevancia que la tuya. Sin embargo, a medida que crezcan, su historial crediticio y la ausencia de antecedentes penales podrían ser explotados en beneficio de los ciberdelincuentes. Incluso si se demuestra legalmente que alguien más ha obtenido un préstamo o cometido un delito utilizando la identidad de un menor, esto podría generar innumerables complicaciones y procedimientos burocráticos para el niño en el futuro”, comenta Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España.
¿Por qué los datos de los niños son tan populares entre los delincuentes?
Según ESET, gran parte del atractivo reside en el hecho de que los niños no suelen tener malas calificaciones crediticias. Esto significa que el delincuente tiene mayor confianza en que sus intentos de monetizar los datos de identidad robados no serán bloqueados por bancos o agencias gubernamentales. También es menos probable que la propia víctima se dé cuenta de que le han robado la identidad, porque -aunque la tenga- no estará preparada para comprobar regularmente su cuenta bancaria o su informe de crédito. Las estafas pueden pasar desapercibidas durante años.
Otra técnica popular entre los delincuentes en la que se utilizan datos de identidad de menores es el fraude sintético. En este caso, el estafador combina datos personales de varias fuentes: algunos reales y otros falsos. Se crea así una identidad completamente nueva utilizando esos datos de menores tan importantes para garantizar un historial crediticio limpio.
Cómo se produce el robo de identidad de menores
ESET recuerda que la ciberdelincuencia es una máquina bien engrasada en la que diferentes actores desempeñan distintas funciones. Los ciberdelincuentes suelen recopilar datos personales y venderlos en mercados y foros de la dark web para que los estafadores los utilicen en ataques posteriores. Una vez más, los métodos para obtener estos datos son similares a los utilizados para comprometer a los adultos e incluyen:
- Phishing por correo electrónico, redes sociales o incluso mensajes de texto. Se atrae a las personas para que hagan clic en enlaces maliciosos, con la posibilidad de instalar programas maliciosos que roban información, o se les engaña para que faciliten sus datos personales, tal vez para participar en un sorteo inexistente.
- Infracciones de terceros, como exposición de información personal a través de una filtración de datos.
- Suplantación de cuentas. Los juegos, las redes sociales e incluso las cuentas de servicios de aprendizaje en línea pueden ser valiosos tesoros de información sobre la identidad. Pueden verse comprometidas mediante ataques de phishing, descifrado de contraseñas por fuerza bruta y otras técnicas.
- Compartir demasiado en las redes sociales. Los padres pueden ser tan culpables como sus hijos a la hora de compartir demasiada información personal a través de las redes sociales. Incluso las fechas de nacimiento y los detalles sobre sus estudios pueden ser utilizados como arma en estafas de seguimiento diseñadas para obtener más información.
- El fraude familiar es sorprendentemente común. Se calcula que en el 67% de los hogares en los que se produce un fraude de identidad de menores, la víctima conocía personalmente al autor o autores. El acceso directo a documentos confidenciales brinda a estos familiares la oportunidad perfecta, y la presunción de inocencia significa que el fraude puede pasar desapercibido durante años.
- Robo físico: Las viejas formas siguen siendo populares, como apoderarse de documentos de la basura o incluso directamente del correo postal.
Cómo proteger la identidad de los niños
“Afortunadamente, existen ciertas prácticas que han resultado ser eficaces y pueden tener un impacto positivo significativo a la hora de proteger la identidad de los niños, sin ser demasiado complejas”, añade Albors. La compañía líder en ciberseguridad lista algunas de las mejores prácticas para proteger a los niños ante el robo de identidad:
- Evitar compartir demasiada información sobre tu hijo en las redes sociales. Es mejor evitar el sharenting, a menos que las cuentas estén bien bloqueadas.
- Vigilar la actividad inusual en las cuentas de tu hijo (banco, teléfono, etc.).
- Mantener todos los equipos y dispositivos domésticos actualizados con los últimos parches y programas antimalware.
- Explicar a tus hijos los peligros de compartir demasiado en las redes sociales, los ataques de phishing o el robo de identidad.
- Limitar el número de cuentas y servicios a los que se suscribe tu hijo. En su lugar, introduce a sus datos solo cuando sea estrictamente necesario.
Además de las medidas preventivas, desde ESET insistimos en que es conveniente estar alerta ante posibles intentos de fraude con los datos de identidad de tus hijos. La compañía recuerda que los siguientes son signos reveladores de que algo va mal:
- Llegan facturas o extractos inusuales o inesperados dirigidos a tu hijo.
- Las prestaciones sociales se deniegan porque el gobierno alega que ya se han pagado al número de la Seguridad Social de tu hijo.
- Cartas de Hacienda exigiendo impuestos a tu hijo.
- Las solicitudes de cuentas bancarias se rechazan debido a un mal historial crediticio.
- Las agencias de cobro empiezan a llamar pidiendo hablar con tu hijo.